«Que se confirme la pena de seis años y un día de cárcel para Jaume Matas y de tres años y nueve meses para Antonio Alemany», solicitó ayer el fiscal del Tribunal Supremo, Fernando Sequeros, a los magistrados de la Sala Segunda del Alto Tribunal en el transcurso de la vista pública celebrada para revisar la primera sentencia del ‘caso Palma Arena' dictada en marzo de 2012 por la Audiencia de Palma.
El tribunal, tras escuchar los alegatos de los abogados de Matas y Alemany, y de las acusaciones, el Govern, además del fiscal, decidirá en los próximos días si casa o no la sentencia de la Audiencia. Si la resolución se mantiene, ambos condenados ingresarán en prisión.
Contundencia
El fiscal, en su exposición, fue contundente: «La sentencia, que fue dictada correctamente, en forma y fondo, es una clara sanción a los gobernantes que malgobiernan y defraudan a los votantes», afirmó.
«Todo fue un artificio que se montó, fue un ropaje para vestir a un muñeco burocrático, para satisfacer las necesidades de Alemany como profesional», agregó Sequeros, dirigiéndose al tribunal, formado por su presidente y ponente, Carlos Granados, y los magistrados José Manuel Maza, Alberto Jorge Barreiro, Juan Ramón Berdugo y Manuel Marchena. «Se utilizó a la administración pública por encima de los fines que establece la Constitución para los intereses generales», resumió en su breve intervención de cinco minutos, ante la mirada atenta de la abogada de Matas, Pilar Gómez Pavón, y de Alemany, Miguel Arbona.
Insistió en que la sentencia (dictada por la Sección Primera de la Audiencia de Palma) fue «correcta» y que Matas se valió de la «confianza depositada en las urnas» para favorecer a sociedades de su confianza como eran las de Alemany.
Soy un seguidor atento de estas páginas y hasta ahora no había participado en ninguna clase de comentarios, la mayoría de ellos fantásticos excepto el de ese tal Provocattore que parece que tiene harto a todo el personal. Creo que debería plantearse decididamente no escribir más, aunque, pensándolo bien, debe ser que ya no le queda otro recurso para hacerse notar. Es como aquel que dice "que hablen de mí, aunque sea bien". Como veo que no podré evitar que siga escribiendo estas supuestas privilegiadas informaciones que dice tener de primera mano el tal provoc. he decidido, a partir de este mismo momento, saltarme todos los comentarios que vea firmados por ese pobrecito inútil. ¡Que tenga una buena vejez, amigo!.