A la espera de que se inicie el ya muy comentado proyecto de reforma global del Paseo Vara de Rey, que está previsto para octubre y que incluiría su peatonalización, los cambios en la fisonomía del emblemático paseo de Vila ya han llegado y las opiniones de los residentes se dividen. Seis negocios han solicitado al Ayuntamiento de la ciudad el permiso para instalar mesas y sillas tras la aprobación de una ordenanza que así lo permite, aunque hasta el momento solo tres locales han estrenado estas terrazas.
«Preferiría que no se hubiesen permitido, ya hay suficientes terrazas en la isla, creo yo, y como siempre es todo cuestión de dinero», opina Almudena Prieto, quien empuja el cochecito de su bebé mientras explica que su reciente condición de madre le ha hecho ser más consciente que nunca de la ocupación, a menudo abusiva, de los espacios públicos en las ciudades. «Esto da alegría al paseo, ¡no está mal!», exclama otro hombre que atraviesa apresurado el paseo y que representa la opinión contraria, la de quienes encuentran acertada la decisión del Consistorio.