El préstamo por 1,2 millones de euros que el Rey Juan Carlos hizo a la Infanta Cristina en 2004 estableció un periodo de devolución de 23 años, a pagar tras un periodo de carencia de tres años, según consta en la escritura con la que se formalizó el préstamo a nombre exclusivamente de la hija del monarca.
En la escritura, a la que ha tenido acceso Europa Press, el notario da fe de la entrega de 1,2 millones de euros por parte del Rey a su hija para «satisfacer parte del coste de adquisición de la participación indivisa de la vivienda» que la Infanta estaba «procediendo a comprar junto a su esposo», el Palacete de Pedralbes en Barcelona.
Este préstamo salió a la luz este lunes, después de que un informe de la Agencia Tributaria (AEAT) presentado ante el juez instructor del caso Noos, José Castro, desvelara transferencias bancarias del Rey en favor de los Duques de Palma, para la compra del inmueble, por el que pagaron 5,8 millones de euros.
La escritura --firmada el 23 de diciembre de 2004, tras haber recibido el dinero-- señala que el préstamo se entregó a la Infanta Cristina mediante dos transferencias bancarias efectuadas desde «cuentas particulares» del Rey en los meses de julio y septiembre de 2004, por importe, cada una de ellas, de 600.000 euros.
El documento obliga a Doña Cristina como prestataria a «su devolución en los plazos y condiciones establecidos» en la escritura, que estipula que este dinero, sobre el que no se devengarán intereses, deberá ser restituido en un periodo de 23 años.
Para su amortización se estableció un periodo de carencia de tres años, a contar desde el día de la firma, y a partir del cual deberían hacerse pagos anuales, por años vencidos. De ese modo, el primer pago debería hacerse el 23 de diciembre de 2008.
Cuotas de 50.000 y 70.000 euros al año
La escritura estableció para los diez primeros años cuotas de 50.000 euros que se ampliarían a partir de la décimoprimera a los 70.000 euros. También recoge que, no obstante, la Infanta podría realizar pagos anticipados, parciales o de la totalidad.
Sin embargo, Doña Cristina no ha cumplido con estos plazos. Según lo estipulado, el 23 de diciembre de 2012 debería haber devuelto ya 250.000 euros, correspondientes a las cinco primeras anualidades y, en cambio, en su declaración por el impuesto de patrimonio en ese año reconoció una deuda por 1,05 millones de euros, de manera que sólo había devuelto 150.000 euros.
La escritura señala que las devoluciones de todas las cantidades que la Infanta debía hacer al Rey, por cualquier concepto, «se realizarán en el domicilio del acreedor».
El documento finaliza señalando que, previa lectura, tanto el Rey como la Infanta firmaron el texto, del que da fe el notario Joaquín M. Rovira Perea.