El fiscal anticorrupción Pedro Horrach ha destacado, al inicio del juicio en el que por segunda vez el expresidente del Govern Jaume Matas se sienta en el banquillo de los acusados, que en la última legislatura del exmandatario del PP los representantes políticos eran «semidioses que se olvidaron de lo que era servir a los ciudadanos y se olvidaron de su condición para obtener lo que querían».
«Elegantes coches atascaban las calles de Palma, había actos oficiales continuos, nuestros representantes estaban rodeados de séquitos de pieles y se construyeron grandes infraestructuras: el metro (probablemente el más deficitario del mundo) y el velódromo Palma Arena, pesadilla para los actuales gobernantes», ha manifestado Horrach, quien ha recriminado cómo en el caso de Matas, éste desplegó «poder, influencias y contactos» para lograr «lo que quería. «Es decir, lo de siempre».
En una vista oral en la que el exministro está siendo juzgado por presuntamente exigir al hotelero Miquel Ramis un puesto de trabajo en su conocida cadena empresarial para dar apariencia de legalidad al supuesto cohecho de 42.111 euros que le habría exigido Matas, el fiscal ha recalcado que lo que pedía el expresidente «no era un contrato, era un puro regalo».
«Regalos que esclavizan y someten al que da y al que recibe»
Y en este sentido, ha subrayado que «no hablamos de la cesta de Navidad, de un bolígrafo o de una gorra», sino de regalos «que condicionan, crean vínculos y generan deudas, esclavizan y someten al que da y al que recibe, que no se hacen por generosidad sino por pura necesidad ñdel empresarioí de seguir manteniendo las mismas posibilidades: que no te metan en la lista negra de no recibir más contrataciones».
De hecho, en su intervención Horrach ha manifestado que en esa época el hotel Valparaíso, del que Ramis era propietario, facturaba contra el grupo parlamentario del PP y «todas las Consellerias habidas y por haber». Asimismo, ha apuntado que la cadena hotelera contaba entonces con 34 establecimientos, preguntándose si «alguien puede creerse que Matas no sabía a quién pedía el regalo» siendo «uno de los hoteles de referencia para los políticos del PP, que eran clientes habituales».
En esta línea, ha subrayado que entre 2003 y 2007 el PP «dominaba las instituciones» y la Administración contrataba «de forma habitual y frecuente al Valparaíso». «*Matas sabía que Ramis, cuando le pidió el favor, no podía negarse? La respuesta es que no podía, ya que estaba en juego mucho dinero y era público». «Además, hay que recordar que, en su declaración en fase de instrucción, Ramis dijo que cuando Matas le pidió el trabajo no supo decirle que no, que se sintió comprometido y presionado», ha recalcado.
Aprovecharse del poder para obtener ventajas «no puede ser»
En su discurso ante el tribunal del jurado, el representante del Ministerio Público, acompañado en el juicio del fiscal Miguel Angel Subirán, ha comparado la situación de Matas con otras causas en las que funcionarios han sido condenados por cohecho, como la relativa a dos guardias civiles que recibieron favores sexuales de forma gratuita en un club de alterne «únicamente por la condición de superioridad que les infería su cargo».
«Ahora, la historia se repite», ha subrayado Horrach en referencia a este delito, aseverando que «aprovecharse de ese poder para obtener ventajas es algo que no puede ser». Es por ello que el fiscal ha explicado a los miembros del jurado que se encuentran ante un proceso «criminal» centrado en unos «hechos graves, pues afectan a la imparcialidad y van en contra del buen funcionamiento de la Administración» y «no se puede permitir que un gobernante aproveche su posición para comprometer las decisiones de otra persona, que conduce a tratos de favor injustificados y afecta de la ética de los funcionarios públicos».
Por su parte, el letrado de Matas, Miquel Arbona, ha rebatido las palabras de Horrach indicando que hacía 15 años que el expresidente se relacionaba con Ramis y ha afirmado que el hecho de mantener una amistad no impide que puedan realizarse favores. «¿Creen que el hotel depende de las instituciones durante siete años?», ha preguntado en esta línea el abogado, aseverando que el establecimiento no dependía de «ese montón de facturas» al que se ha referido en relación a las aportadas por el fiscal y relacionadas con las contrataciones del PP.