Apenas una veintena de valientes resisten este año en el Mercat d'Artesanía que se ha vuelto a instalar en el paseo de Vara de Rey de Eivissa durante las fiestas de Navidad. No son buenos tiempos para nadie y eso se nota principalmente en que el número de paradas junto a la carpa con productos típicamente navideños cada vez es menor y en que sus dueños llegan al mes de enero habiendo realizado muchas menos ventas.
Sin embargo, la mayoría de los participantes no pierden la ilusión de cuadrar «medianamente» sus cuentas cuando recojan sus casetas definitivamente allá por el día 7 de enero. «Es cierto que la crisis económica se sigue notando mucho y que a la gente le cuesta sacar las manos de los bolsillos para comprar algo, pero lo importante es el resultado final, la suma de todo, desde el primer hasta el último día», aseguraba ayer por la mañana Juanjo Planells, un vendedor de productos y complementos realizados de cuero.
Y es que este año, como confirman todos los artesanos que participan en la muestra, el inicio de la feria ha sido muy flojo. Todos confiaban en el puente de la Constitución para empezar a vender productos, pero no ha sido así. «Hemos visto pasar mucho menos turismo que otros años y la gente de la Isla no gasta porque no tiene dinero, así que hemos pinchado seriamente y apenas hemos hecho ventas», se lamentaba Raquel Díaz, artesana que realiza principalmente perfumes y collares de lana y gargantilla.
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