Cerca de medio centenar de personas sin hogar de Eivissa disfrutaron de una cena especial de Nochebuena gracias al trabajo de una decena de voluntarios de Cáritas y de las donaciones desinteresadas de varios comercios de la ciudad. Fue una noche perfecta para todos en la que no faltaron las gambas al ajillo, el queso, el jamón, el chorizo, las empanadillas, los turrones e incluso los tradicionales villancicos que, tras algunos problemas con el aparato de radio, amenizaron toda la velada.
Todo, por conseguir que estas personas en riesgo de exclusión social pudieran olvidar durante unas horas su realidad cotidiana. «Entre los que han venido podemos encontrar muchos casos, desde los que viven en la calle y sobreviven como pueden después de haber perdido su trabajo y su hogar hasta los que se están luchando por recuperarse de distintas adicciones», explicaba Belén Torres, trabajadora social de la asociación.
Por ello, desgraciadamente, tras ese «sueño» vuelve la cruda realidad. «Es cierto que luego tienen que volver a dormir en albergues del Ayuntamiento, en portales o en cajeros, pero por lo menos conseguimos que durante unas horas, su realidad sea distinta y que al menos vivan la Navidad de una forma menos triste», continuaba la propia Torres.
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