Oliver Mendoza teme por su vida. Lo que hace unos meses se presentaba como una oportunidad magnífica de entrenar en uno de los clubes más prósperos de Caracas, el Hebraica, es hoy una pesadilla para este joven trotamundos ibicenco. Mendoza está sufriendo en primera persona la deriva de Nicolás Maduro al frente de Venezuela. Las protestas estudiantiles que tratan de denunciar la corrupción del Gobierno se han traducido en una violenta represión que ha sumido a la capital y varias ciudades del país en un estado de excepción.
El entrenador ibicenco lanzó ayer un mensaje de auxilio sobre la situación por la que atraviesa en medio del caos en el que se ha convertido la capital.
La amenaza constante de incidentes en las calles es tal que el club ha suspendido los entrenamientos de esta semana y Oliver empieza a replantearse su futuro.
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