El caso ses Torres trajo cola durante muchísimo tiempo y ocupó numerosas páginas de los periódicos locales hace unos años. Todo surgió a raíz de una denuncia de Esquerra Unida, que cuestionó la legalidad de esta urbanización de Jesús y llevó el tema a los tribunales. Finalmente todo quedó en nada, porque pese a que la Audiencia determinó que el exalcalde de Santa Eulària, Vicent Guasch, había prevaricado al aprobar el proyecto de urbanización por no haber tenido en cuenta el control del Consell en una «flagrante y grosera vulneración de la normativa urbanística», no se le llegó a condenar porque se argumentó que no se había solicitado el tipo delictivo adecuado por parte de Fiscalía.
Toda esta polémica quedó atrás y hoy en día la urbanización de ses Torres está legalizada y en plena efervescencia. Situada en los alrededores del campo de fútbol de Jesús, ya se han otorgado una quincena de licencias para construir viviendas unifamiliares. Pero no solo se edificarán casas, también se han dado dos permisos para bloques (se puede construir planta baja más dos alturas) que agrupan unas 75 viviendas. Según el Ayuntamiento de Santa Eulària se han solicitado asimismo licencias para otros dos bloques pero la petición todavía no está resuelta.
Pero esto no ha hecho más que empezar, porque en el resto del espacio, en el que hay un total de 50 parcelas, todavía no se ha pedido nada.
Se trata, en definitiva, de una nueva gran urbanización en uno de los lugares más caros de Eivissa, en Jesús y a dos pasos de la playa de Talamanca. De hecho, en internet se pueden ver los precios, nada económicos, por los que se venden los solares. Por ejemplo una parcela urbana en esta zona de 400 metros cuadrados puede costar 176.000 euros. Aunque los precios varían, porque también hay anuncios de venta de terrenos de 800 metros cuadrados con 400 metros cuadrados edificables y en los que se puede levantar una vivienda con dos plantas que cuestan 370.000 euros. Eso sí, este solar tiene vistas a Dalt Vila, aunque no es así en otros puntos de la urbanización, evidentemente.