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El ‘porc negre', nueva raza autóctona

Ejemplar de ‘porc negre’ pitiuso. | Daniel Espinosa

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El Conselleria d'Agricultura, Medi Ambient i Territori del Govern balear aprobó una orden el pasado 9 de mayo, que entra en vigor hoy a través del Butlletí Oficial de les Illes Balears (BOIB), mediante la cual dio luz verde a la reglamentación para que el porc negre sea reconocido oficialmente como raza autóctona y se incluya en el catálogo de agrupaciones raciales. Actualmente existen 37 ejemplares de esta especie en las Pitiüses, 15 de ellos en la finca de Can Jaume Sala de Formentera, que fue objeto de una visita por parte del conseller Gabriel Company el año pasado.

Según la orden de la Conselleria, este cerdo procede del tronco común mediterráneo, pero tiene «caracteres generales y específicos diferentes del porc negre mallorquín», lo que le hace susceptible de ser considerado como agrupación racial. Además, «hay una asociación de criadores de porc negre de Formentera y de Eivissa y un creciente interés para conservarlo», resalta la orden de Conselleria.

De esta forma, el porc negre pitiuso es una población porcina primitiva que pertenece al subtronco común del mallorquín, la denominada agrupación balear de raza negra. Este cerdo tiene la cabeza grande y alargada, de perfil cóncavo. Las orejas, tirando a grandes, están un poco caídas lateralmente y hacia adelante y el cuello, de medida media, tiene papada y es musculoso. Además, tiene la piel gruesa y fuerte y el pelo de color negro uniforme.

Según el documento de la Conselleria, se trata de una raza rústica, «adaptada a las condiciones climáticas de las Pitiüses». Crece lentamente y su calidad es «excelente para producción de embutidos», además de que «la carne tiene un gusto especial, que la hace deseable para el consumidor».

En este documento también se resalta que la población de este cerdo está en «peligro de extinción extremo». Por eso, los planteamientos iniciales del programa de cría se orientan a recuperar el número de ejemplares que garantice la supervivencia. Por ello deberá haber un libro genealógico propiamente dicho y un archivo complementario que estará en funcionamiento de una manera temporal hasta que se dé por acabado el período de recuperación.

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