La difícil situación económica que atraviesa el sindicato UGT en Balears a la que hay que sumar la falta de liderazgo tras la dimisión de su secretario general, Manuel Pelarda, también está afectando a la plantilla que tiene el sindicato en las Pitiüses, formada por un total de cuatro personas.
La dirección del sindicato reconoció ayer que lleva más de dos meses de retraso en el pago de las nóminas de la treintena de empleados que el sindicato tienen en las islas y que varios de ellos (cuatro, según la dirección, y siete, según el comité de empresa) han optado por pactar sus despidos y abandonar el empleo con 30 días por año trabajo y un máximo de 14 mensualidades.
Comité
Del total de cuatro empleados que UGT tiene en Eivissa y Formentera, uno de ellos pactó su despido y a los otros tres se les adeudan dos nóminas, según reconoció ayer Alejandro Texias, secretario de Organización del sindicato en Balears. «En Eivissa está afectando como en el resto de islas. El día 9 de octubre celebraremos un comité y decidiremos si vamos a una gestora o sacamos una ejecutiva nueva porque con los estatutos en la mano podemos hacer las dos cosas», destacó Texias, quien quiso lanzar «un mensaje de tranquilidad» porque, según precisó, «la continuidad y la presencia del sindicato en las Pitiüses está garantizada pese a las dificultades económicas porque hay federaciones que tienen una presencia clara y sólida en Eivissa y Formentera».
Según pudo constatar ayer este periódico, los empleados que tiene el sindicato en las Pitiüses están «a la expectativa» de ver qué sucede. Desde el comité de empresa que tienen en Balears destacaron que «la gente está optando por dejar el trabajo en el sindicato porque no pueden seguir trabajando sin cobrar».
El ex secretario general de Balears, Manuel Pelarda (que presentó su dimisión a principios de este mes), reconoció ayer que buena parte de los problemas económicos que tiene esta organización sindical se deben a la estructura de federaciones, que gestionan sus propios recursos, así como al fracaso en la promoción de viviendas de protección oficial que tiene el sindicato en Palma, a lo que hay que sumar el recorte en las subvenciones por parte del Govern.
Precisamente, el Ejecutivo autonómico no quiso pronunciarse ayer sobre la situación en la que se encuentra el sindicato, mientras que los grupos de la oposición lamentaban la situación en la que se encuentra la organización sindical con más representación en Balears.