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«Con Benirràs no he dejado contento a nadie pero he tratado de ser coherente y justo»

Antoni Marí, que lleva quince años y medio como alcalde de Sant Joan, concedió esta entrevista en las instalaciones del Grupo Prensa Pitiusa. | (c) Sergio G. Canizares

| Eivissa |

Antoni Marí Marí (Sant Joan, 1956) encara la recta final de su cuarto mandato decidido a gobernar, si así lo deciden sus vecinos en mayo, por quinta vez. Coraje, asegura, no le falta.

—¿Por qué ha aceptado el reto de presentarse a la alcaldía de Sant Joan por quinta vez?

—Los compañeros de Sant Joan y la gente del municipio me ha apoyado de una manera abrumadora, y para mí esto es un compromiso de trabajo y seriedad hacia mi municipio. Una vez analizada la situación, decido continuar por este compromiso recíproco. Es cierto, y no me cabe duda, que en los afiliados del PP de Sant Joan hay gente muy válida que puede coger el relevo de la alcaldía, pero a día de hoy no han dado el paso de pasar a una primera línea política.

—¿Ha habido gente que le haya dicho: ‘Toni, ya es suficiente'?

—No, ni una sola persona. Quien más ha hecho esta reflexión he sido yo. Creedme que me he planteado seriamente dar un paso al lado para dejar la puerta abierta a que gente del PP pudiera encabezar la lista en Sant Joan. Pero uno tiene que ser agradecido y si se lo piden a uno y te sientes con coraje, ¿por qué no hacer el esfuerzo?

—¿Tiene miedo de que la gente se haya cansado de Toni ‘Carraca'?

—A las elecciones hay que acudir con respeto y reparo, las elecciones se ganan después del recuento. Miedo, ninguno, pero la incertidumbre siempre existe.

—En Benirràs se podrán construir una treintena de viviendas una vez se termine toda la tramitación pendiente. ¿Hubiera preferido que este lugar se conservase como hasta ahora?

—Lo que creo es que hay ser coherente con las decisiones tomadas por equipos anteriores y con los ciudadanos, los propietarios y los derechos adquiridos. Puestos a escoger, seguro que Benirràs no es el lugar idóneo para hacer una urbanización, pero Benirràs hoy es lo que es gracias a que un grupo de personas pusieron su dinero, sus terrenos e iniciativas empresariales para hacer una urbanización. Pero me gustaría matizar que hacer una urbanización no es urbanizar. Esta gente hizo la carretera que hoy nos puede parecer estrecha, también dotaron de agua potable a Benirràs y llevaron allí la luz y la urbanización de las calles, además de una depuradora. Nosotros, aunque ya hace quince años y medio, no hemos comenzado de cero sino de un plan parcial aprobado definitivamente por la entonces Comisión Provincial de Urbanismo con una serie de infraestructuras y de propietarios que habían invertido dinero y terreno en la urbanización. Yo he sido coherente desde el primer momento, quizás no ha gustado a los ecologistas ni a los propietarios la idea de buscar una fórmula que sin perder los derechos, se pudiesen moderar las perspectivas edificativas que había en la zona. Y puedo decir con la cabeza bien alta que he sido el único que lo he conseguido, porque los demás, y lo digo por los Pactes que una y otra vez han hecho moratorias que han perjudicado gravemente a los propietarios y han ido contra los intereses de esta gente sin buscar ninguna medida alternativa. Y repito, no he dejado contento a los ecologistas ni tampoco a los propietarios al 100%, pero he procurado ser coherente, respetuoso y justo en la medida de lo posible.

—¿Cómo se encuentran las obras de soterramiento del torrente próximo al colegio de Labritja?

—Este es un viejo proyecto que llevo trabajando en él desde 2004. Será el proyecto más interesante que se ha hecho en el municipio durante esta legislatura, y estoy muy contento de llevarlo a cabo. De una vez por todas se saca el torrente de la puerta del colegio, soluciona el embudo que se daba frente a él además de posibilitar el crecimiento moderado en algunos terrenos. También se ha aprovechado para hacer una previsión de soterramiento de la línea eléctrica que llega al pueblo, para remodelar la red de alcantarillado y hacer una nueva red de agua potable. Las ventajas son muchas y amplias, y estoy convencido que el proyecto se agradecerá una vez esté ejecutado. La empresa se lo está tomando en serio y estoy contento.

—Otra de las infraestructuras que está en el pueblo es el centro de día, que se puso en marcha hace más de tres años. ¿Cómo está funcionando?

—El centro de día es un proyecto por el que he apostado muy seriamente pero que no cubre las expectativas que yo había puesto en él. Posiblemente la mentalidad de un pueblo como Sant Joan, no sea tanto de centro de día como de plazas residenciales. Quizás un centro de día tendría que estar ligado a unas plazas residenciales, y en este momento el centro de día de Sant Joan no da esta cobertura. Si en un futuro se podrá hacer o no, es una cosa que desconozco, pero sí que se tendrá que plantear qué solución hay que darle. Yo estoy intentando involucrar al Govern balear para firmar un convenio por la gestión de este centro de día, que hay que darle más utilidad de la que se le da.

—¿Se ha hecho alguna gestión?

—Sí, pero la última vez no había plazas vacantes para conveniar y me dijeron que seríamos los primeros cuando volviera a haber. Pero hay que pasar de las palabras a los hechos.

—¿Qué obras tiene pensado llevar a cabo el Ayuntamiento en los principales núcleos turísticos?

—Estamos estudiando dotar las playas del Port de Sant Miquel y Benirràs de cuartos de baño. Nuestra intención es en la próxima legislatura, si nos toca gobernar, dotar a todas las playas del municipio de baños. En el Port de Sant Miquel tenemos un compromiso con la asociación de vecinos de gestionarlos de manera compartida para que estén en buenas condiciones, y lo mismo pasa con Benirràs.

—¿Entiende que se haya tardado tanto en reformar la carretera de Sant Joan?

—A ver, no es fácil entenderlo y mucho más difícil es explicarlo. Cada día estoy más convencido de que el último gobierno del Pacte no quiso adjudicar la carretera –tiempo tuvo– porque no se atrevió. Sabía que era un tema complicado, con muchas intersecciones, negocios y casas, cables de teléfono... y además querían poner un carril bici que no cabía ni con calzador. Se ha sustituido por una ruta cicloturística en la que no se ocupa territorio porque se ocupan caminos existentes.

—¿Volverá a compaginar dos cargos políticos en la próxima legislatura?

—Primero tengo que hablar con mi comité electoral pero mi compromiso es con Sant Joan.

—¿Espera seguir arrollando? ¿Se ve capaz de sacar todos los concejales?

—No lo he pretendido nunca. Estamos en una democracia y no pretendo ser un acaparador. Nos hemos propuesto conseguir el mejor resultado posible y trabajaremos para ello, pero no para arrollar ni eliminar al adversario.

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