Nos vigilan, están sobre nosotros colándose en nuestras vidas sin aviso, chupándonos la sangre y alterando nuestros sueños. No, este no es un artículo más sobre políticos, sino sobre objetos voladores sí identificados. Los insectos que nos preocupan no son los tiernos mosquitos ibicencos, los autóctonos de aquí, de la tierra, sino esos otros, una especie incluida en la lista de las más invasivas del mundo que ha venido del sureste asiático para comernos vivos. No en vano su nombre ruge como el picor, alergias y enfermedades que derivan de sus picaduras: lo siento, pero el mosquito tigre está aquí, entre nosotros.
Puede transmitir el virus chikunguña y el dengue, dos de esas enfermedades cuyos nombres dan risa pero que según la página web ciudadanawww.atrapaeltigre.com deben hacernos sentir más canguelo que una cohorte de ovnis, propia de las pelis del amante de Ibiza Will Smith. Al fin y al cabo los extraterrestres siempre escogerán invadir EE.UU, como demuestra constantemente el cine, y en cambio, estos bichos asquerosos se han instalado con alegría en nuestras Feixes, Salines y demás estanques maravillosos.
¿Quieren saber cómo han venido? No ha sido volando, sino en barco, apretaditos entre las ruedas de los vehículos que han pagado religiosamente el trayecto Denia-Ibiza o Valencia-Ibiza. Se nos han colado en la isla blanca como polizones sucios, y lo sabemos porque es allí donde se ha detectado un contagio de una de estas enfermedades, quiero pensar que de chikunguña, solo por repetir la palabra, que les invito a decir en voz alta para ver si son capaces.
Plantas de bambú
A la tierra de las ricas naranjas, la horchata, las paellas y el ‘caloret' llegaron, según los investigadores del CSIC, en plantas de bambú, procedentes de rincones exóticos, destinadas a decorar rincones balineses de ésos que se llevan tanto y que, según los investigadores, son muy peligrosos porque se crían en recipientes con agua acumulada o, lo que es lo mismo, el hogar ideal para estos felinos alados que nos acechan al otro lado de la puerta. Aunque trate el tema con ironía les aseguro que su presencia entre nuestra especie es muy seria, tanto que les conmino a bajarse una app en sus teléfonos móviles, Tigatrapp, y a colgar fotos de estos bichos y de sus lugares de cría si los ven para cercarles el paso.
El primer lugar de Ibiza en el que un vecino de la isla detectó a estos visitantes fue en Sant Antoni, entre las discotecas Privilege y Amnesia, y es que el muy truhán no pudo evitar colarse en el meollo de la fiesta. Eso sí, no se preocupen, porque según los expertos era un ejemplar adulto y no había ninguna cría con él. Después aparecieron más en el puerto y en el aeropuerto y una servidora los ha visto tomando algo en Talamanca al albor de uno de esos mojitos que dan nombre al Alegría.
Un respiro
¿Cómo combatiremos esta plaga nosotros, ahora que nos las veíamos tan felices por la marcha de los turistas en manada que parecen darnos un respiro? Los hombres de blanco, los fumigadores, lo tienen claro: gafas de sol oscuras, mascarilla y granos de maíz recubiertos de insecticida son la mejor manera de aplacarlos en su estado larvario.
Me veo esta primavera con las Feixes de Vila y de ses Monges como maizales americanos, así que incorporaré alguna camisa de cuadros y un peto vaquero a mis básicos de la próxima temporada.
Los Mossos d´Esquadra de Barcelona han decidido combatir, por su parte, a estos chupasangres a la ‘vasca', buscando dentro de los coches con aspiradoras. ¿Se imaginan una escena similar en el puerto de Vila?
Como esto no ocurrirá, les recomiendo ser muy prudentes estos días con el agua estancada en sus jardines, en los platos de las macetas, bebederos de animales, jarras, desagües o juguetes, ya que son los nidos que buscarán estos indeseables voladores para depositar sus 80 huevos de media por hembra.
Si no saben cómo es el protagonista de nuestro relato, imagínenlo más bien pequeño, de entre 2 y 10 mm, negro y con rayas blancas en cabeza, cuerpo y patas.
Las tormentas de estos días no nos ayudarán demasiado en esta lucha que emprendemos juntos, pero tenemos armas que desconocen: la información.
Además de los consejos dados, sepan que, aunque atacan a cualquier hora del día, tienen una clara preferencia y actividad cuando sale y se pone el sol y que, como a la Chica Cocodrilo de Hombres G, le apasionan las piernas. Las lociones repelentes deberán ser un básico estos días en nuestro street style, porque su picadura es muy molesta y poco estética. Insecticidas, mosquiteras y prendas de manga larga son otros de los recursos que podemos utilizar en plan Blade Runner, si el calor nos lo permite, para evitar, además de reacciones alérgicas, contagiarnos con alguna de las 22 enfermedades infecciosas o víricas que pueden transmitir.
Otra opción es ir con una de esas personas a las que les pican siempre los insectos debido a que el olor de su piel es más atractivo que el nuestro o su temperatura más al gusto de estos fans de los Bloody Mary. Así que ahora que parece que la cosa estás más tranquila y si piensan recuperar a alguna de sus amistades tras este duro verano de trabajo, pregúntenles antes de cenar si estos días les han picado mucho los mosquitos... ¡Madre, qué será lo que quiere el tigre! ¡Tu sangre morena!