La reunión de ayer entre el Consell d'Eivissa, el Ayuntamiento de Santa Eulària y los vecinos de Can Sançó y Cas Capità concluyó con el compromiso de hacer un frente común para reclamar ante el Govern balear una solución a los malos olores que genera la depuradora de Santa Eulària por la acumulación de lodos.
A pesar de la tensión que se vivió durante el encuentro, que duró más de dos horas, ambas instituciones acordaron pedir al Govern un plan de mantenimiento de la infraestructura y una comisión de seguimiento para que la situación vivida este verano no se vuelva a repetir.
El alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, explicó que al principio pensaban que se trataba de un problema de la gestión de los lodos de la depuradora, por lo que el Ayuntamiento habilitó una finca para estabilizarlos con restos de poda y darles un uso agrícola. No obstante, destacó que pudieron «constatar» que el problema era una falta de mantenimiento. «Ha habido una dejadez en los últimos meses. Además, cuando se decide aplicar la solución de los lodos, luego resulta que no se sacan con la regularidad que toca», criticó Marí, que apuntó que la comisión de seguimiento servirá para que no haya «más engaños» por parte de los responsables del mantenimiento, «ya que dicen que se hacen unos trabajos y luego constatamos que no se hacían».
El alcalde remarcó que las soluciones se tienen que adoptar ahora para que el verano que viene «no vuelva a pasar» porque la situación es «extrema e insoportable». Vicent Marí recordó que incluso los malos olores pueden ser «nocivos para la salud» y que afectan a los residentes, a los turistas y al medio ambiente. De momento, aseguró que no tienen pensado presentar ninguna denuncia. «Esperemos que el plan de mantenimiento sea la solución y no se tengan que tomar medidas más contundentes», señaló. También indicó que no le extraña que los turistas no quieran volver porque «la imagen que se llevan es patética».
El presidente del Consell, Vicent Torres, explicó que este plan es una solución provisional hasta que se pueda realizar las obras de renovación de la depuradora «para paliar definitivamente estos problemas». «Hemos acordado reclamar al Govern que tome medidas y destine un presupuesto para el mantenimiento», dijo Torres, que apuntó que también han acordado continuar con las reuniones para hacer un seguimiento de las medidas correctoras, las inversiones del Govern y de los trabajos que realice la empresa que gestiona la depuradora, Abaqua.
Además, dijo entender la «indignación» de los vecinos porque es un problema que «no podemos tolerar» y agradeció el esfuerzo del Ayuntamiento porque «es el que está sufriendo la situación y poniendo soluciones inmeditas, aunque sea fuera de sus competencias».
Por su parte el conseller de Medi Ambient, Miquel Vericad, mostró comprensión por el enfado de los vecinos y dijo que el plan de actuación que plantean «es la única solución que tenemos para acabar con este problema de forma inmediata» y reconoció que el Ayuntamiento «está en una situación muy difícil, con una presión vecinal muy fuerte», ya que piden medidas que «no están en nuestras manos porque las tiene que tomar el Govern». Según detalló, la reclamación acordada se trasladará por teléfono y por escrito a la Conselleria de Medi Ambient y apuntó que la semana que viene visitarán Eivissa la directora general de Recursos Hídricos y el nuevo gerente de Abaqua para conocer la problemática de primera mano.
Quejas de los vecinos
Una quincena de vecinos asistieron a la reunión en la que pusieron sobre la mesa sus quejas y reivindicaciones. Julián Guirado, que vive en la zona de Cas Capità, destacó que la situación es «insoportable» y detalló los efectos de los malos olores como «vómitos, malestar general o irritación de los ojos». «Es como un ácido», definía Guirado, que señaló que el olor es más pronunciado sobre todo por las noches y que se extiende por la carretera de es Canar y Sant Carles hasta el pueblo de Santa Eulària.
EL AMBIENTE
Idoia Sala
La tensión de los malos olores
Los malos olores de la depuradora de Santa Eulària han indignado durante todo el verano a los vecinos de la zona y al Ayuntamiento, que han visto que el Govern no ha puesto solución a esta molestia que califican de “insoportable”, “inaguantable” o “inaceptable”. Tanto ‘asqueo' se tradujo ayer en un encuentro de mucha tensión, en el que el conseller Miquel Vericad salió de la sala sin haber acabado la reunión diciendo “esto es inadmisible”. Tras explicarse ante sus compañeros de partido, decidió reincorporarse de nuevo a la lucha para después explicar que “como conseller no estoy acostumbrado a un cierto nivel de discusión”. Se refería a una supuesta subida de tono de Vicent Marí, que justificó que “el tono a veces está en relación con la gravedad del problema”.
Vericad dijo finalmente que su reacción era “entendible” porque “está en una situación muy delicada, con un enfrentamiento muy fuerte”. No obstante, la polémica continuó en las redes sociales. “Estar en el Consell y escuchar los exabruptos y malas formas de Vicent Marí”, escribió el diputado de Podemos, Aitor Morrás, mientras que el coordinador del partido, Toni Sánchez, manifestó que “sin duda, las formas autoritarias y golpes en la mesa no tienen lugar en la política”. Curiosamente, ninguno de los dos estaba dentro.