Los peores pronósticos se cumplieron. No solo en lo meteorológico, sino también en lo circulatorio. Las calles y carreteras de Eivissa volvieron ayer a sumirse en el caos con las intensas lluvias que, desde la madrugada, afectaron a las Pitiüses.
El primer incidente del día se produjo en el paso inferior de la autovía del aeropuerto ,a la altura de Can Fonoll, en dirección a Sant Josep, que tuvo que ser cerrado una hora al tráfico durante la mañana, por lo que la circulación de vehículos fue desviada al ramal superior.
La lluvia no arreció en toda la mañana y en Vila, a medida que pasaban las horas, se hacía más difícil circular por las calles. La circulación en el primer cinturón de ronda fue más lenta de lo que es en un día normal.
Una de las partes más afectadas por el temporal fue el acceso a la ciudad por Ignacio Wallis. Tanto la rotonda como la avenida estuvieron prácticamente inundadas durante toda la mañana. Caminar por esta vía sin empaparse los pies fue misión imposible para los peatones que transitaban por una de las avenidas más importantes de la ciudad. Una situación agravada además por el abundante agua que expulsaban las cañerías, que dificultaban todavía más el tránsito por las aceras.
Sin embargo, según informaron desde el Ayuntamiento de Vila, los Bomberos no tuvieron que intervenir en ningún caso de emergencia. Únicamente tuvieron que asegurar la fachada de un edificio de Vara de Rey para evitar que algunos trozos cayeran sobre la vía pública. En cuanto a la Policía Local, solo recibió cuatro llamadas durante la mañana. Tres de ellas por alcantarillas que se habían levantado en diferentes puntos de la ciudad y una cuarta por inundaciones en la calle Carles III, situada en el barrio de es Pratet.
En la zona del puerto, se vieron algunos turistas que tenían que caminar bajo la fuerte lluvia cargados con sus maletas. En cambio, los comercios y restaurantes de primera línea no volvieron a registrar inundaciones similares a las vividas a finales de agosto, cuando muchos de ellos tuvieron que achicar el agua de sus locales. La mayoría de estos locales estaban ya cerrados por el fin de la temporada y los que permanecían abiertos apenas tenían unos pocos clientes, que se metían en el interior de los locales dado que era imposible estar en las terrazas. Algunos de estos locales incluso cerraron a mitad de mañana por la poca afluencia de clientela.
A mediodía, la zona que presentaba mayores problemas era la de la Talamanca. El parking situado al principio de la playa estaba totalmente inundando y los vehículos que circularon por la calle que discurre paralela tuvieron que enfrentarse a más de medio metro de agua.
En la zona de Platja d'en Bossa, la arteria principal, la avenida Pere Matures Noguera, volvió a convertirse en un río y llegó a acumular dos palmos de agua de acera a acera que obligaron a los técnicos de Aqualia a levantar las alcantarillas para facilitar la evacuación del agua.
Por otra parte, las lluvias también afectaron con la misma intensidad la isla de Formentera. Las precipitaciones fueron fuertes y constantes desde las 10 hasta las 13 horas. En la pitiüsa menor, la llegada de la lluvia supuso una bendición para el campo, castigado por los efectos de la fuerte sequía de los últimos meses. Los pocos turistas y residentes que caminaron por las calles de Sant Francesc tuvieron que resguardarse de la fuerte lluvia.
LA NOTA
El tráfico marítimo se mantuvo pese a la lluvia
El tráfico marítimo entre Eivissa y la Península se mantuvo sin incidencia a pesar de las fuertes lluvias que se registraron durante la mañana de ayer. Desde la empresa Balearia informaron de que no se había producido ninguna cancelación durante toda la jornada. Tampoco el tráfico entre Eivissa y Formentera sufrió ningún incidente y el trayecto entre las dos islas se mantuvo con normalidad.
La zona más afectada por el temporal fue el norte de Mallorca, y la isla de Menorca, en alerta amarilla por fenómenos costeros, con previsión de viento del norte y nordeste fuerza 7 y olas de 2 a 3 metros.