Una emprendada valorada en más de 20.000 euros, una flaüta, unas castanyoles que superan los 800 euros y otras objetos, como unos pendientes de oro, son parte del botín robado en sendos asaltos a viviendas de Sant Rafel y Forada en una nueva ola de robos que investiga la Guardia Civil.
El último de estos asaltos se producía el pasado jueves en una vivienda de Forada. «Una impotencia total. Esta gente parece que actúan con total impunidad. Estás todo el día trabajando y en un abrir y cerrar de ojos, arrasan, literalmente, con toda la casa». Es el testimonio de indignación de Maria Sala, de Can Beia, una víctima de la última oleada de robos que se extiende por Sant Mateu, Sant Rafel, Corona y Forada.
Los ladrones se llevaron un botín que incluía joyas, dinero en metálico y unos instrumentos de gran valor, especialmente para uno de los hijos de la familia. «Pusieron la casa patas arriba y se llevaron unas castanyoles y la flaüta que tenían un gran valor económico y sentimental».
Maria apuntó al PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA que su hijo, de 15 años, es ballador de la colla de Buscastell desde hace unos 6 años y que la flaüta se la habían regalado por su comunión. El valor de las dos piezas artesanales ronda los 800 euros «pero sobre todo es el apego, el valor sentimental que tienen estas cosas, especialmente, para el chico». Los ladrones también se llevaron unos pendientes de oro de la hija.
El modus operandi es similar al empleado durante el verano en otros robos. «Nos tenían controlados y sabían que yo estaba trabajando y los chicos en el colegio. En cuanto vieron salir a Joan se pusieron manos a la obra», relató Maria.
Los ladrones accedieron a la casa trepando hasta una ventana situada a unos 3 metros de altura. Rompieron la mosquitera y accedieron. Una vez dentro vaciaron todos los cajones de los muebles del salón e hicieron lo mismo en las habitaciones.
«Vaciaron hasta los cajoneras y los muebles del cuarto de baño», explicó Maria, quien añadió que incluso se llevaron una bolsa deportiva del equipo de fútbol del hijo que «utilizarían para meter las cosas. Creo que el tambor no se lo llevaron porque ya no podían con más».
La Guardia Civil investiga una posible conexión entre estos asaltos y el robo a finales de septiembre de una emprendada, valorada en más de 20.000 euros, en una vivienda de Sant Rafel.