Propietarios de bares y restaurantes de la primera línea del puerto de Eivissa y calles aledañas lamentan que el Ayuntamiento de Eivissa y la Autoritat Portuària de Balears (APB) no «se impliquen más» en mantener la actividad económica y social durante todo el año.
Con el paseo de la fachada marítima abierto al público el pasado mes de mayo, son numerosos los establecimientos de hostelería que este invierno han decidido cerrar sus puertas ante la incertidumbre de saber si continuarán las obras (el presidente de la APB afirmó en su última visita a la isla que el inicio de los trabajos es «inminente»). A esto hay que sumar, según explican los restauradores, que se han encontrado con el inconveniente añadido de que no se permite acceder ni aparcar en la fachada marítima este invierno. «A raíz de las incógnitas que había este año sobre el puerto, hay mucha gente que no se ha animado a mantenerse abiertos», explica Xoan Pires, uno de los propietarios del restaurante Sausalito, quien asegura haber hecho una inversión de 25.000 euros para mantenerse abierto durante estos meses de invierno. En esta misma línea se expresa Jose, vicepresidente de la Asociación Empresarial Calle de la Virgen, y propietario de La Virgen Ibiza Club, quien asegura que el principal problema «es que el puerto está enfocado únicamente al verano».
«Podrían programar más actividades en el paseo, en la fachada marítima; es un espacio que está olvidado», precisa. «En la calle de la Virgen somos cinco locales de copas los que abrimos; si hubiera libre acceso, la gente circularía más por la zona del puerto y eso beneficiaría a la calle de la Virgen. Lo que están haciendo es arrinconarnos y crear pobreza», asegura Jose, quien afirma que el puerto de Eivissa «es una zona totalmente desprotegida y olvidada». Además de actividades en invierno reclaman que, por ejemplo, se instalen luces navideñas por la zona y que los actos de Navidad también se programen en la primera línea del puerto y sus calles cercanas.
Otro de los problemas con los que se encuentran es el Pepri del que aseguran «se ha quedado obsoleto». «Este año he abierto en invierno por primera vez y he invertido cerca de 7.500 euros en acondicionar la terraza y poner calefacción para mis clientes y he solicitado permiso para tapar los laterales con un toldo y no me han dejado por el Pepri. ¿Qué quiere el Ayuntamiento de Eivissa?, ¿una zona cerrada y que no dé trabajo?», se pregunta Fabrice, propietario junto a Milú de Folys Café.
Tal es el malestar de estos empresarios que no dudan en afirmar con contundencia: «Año a año, están dejando morir el puerto, el corazón de la isla. Están dejando empobrecer el puerto».
La respuesta
Desde Vila explicaron que la barrera que impide el acceso a la primera línea del puerto es de la APB y «no tiene personal ni empresa externa actualmente para gestionar la entrada». Al margen de esto, el Consistorio precisa que si se quita la baarrera «nada impediría que un conductor dejara su vehículo durante días allí estacionado, lo que no favorecería la rotación y, por tanto, no se garantizaría la actividad comercial de la zona». En este sentido, desde Vila recuerdan que años anteriores no había barrera y la actividad comercial de la zona «no ha sido mayor por estar abierta la zona». En cuanto a la falta de actividades en la zona, desde Vila recuerdan que hay diferentes actos del programa de Navidad que se harán en la Marina. «Es un compromiso del plan de mandato de PSOE-Guanyem promover la dinamización comercial de la zona y es un tema que se quiere trabajar conjuntamente con los comerciantes». Sobre por qué no hay iluminación navideña en la zona, precisan que en zona portuaria «nunca ha habido luces de Navidad» y que el Consistorio buscará la «implicación económica» de las asociaciones de comerciantes para compartir el gasto la Navidad que viene, por lo que la instalación de luces navideñas en la primera línea del puerto «se puede estudiar» de cara al año que viene.