El doctor Fernando Barturen (Vizcaya, 1962) es el gerente de la UTE Policlínica Miramar y Juaneda, concesionaria del nuevo servicio de radioterapia del hospital Can Misses. Después de mucho tiempo de espera para conseguir su implantación en la isla, durante esta semana se han iniciado las consultas, dando respuesta a una reivindicación de hace diez años por parte de la sociedad pitiusa.
— Se ha tardado en poner en marcha la radioterapia en Eivissa, pero por fin ha llegado y por Navidad, ¿qué es lo que más ha costado de este largo proceso?
— Costó empezar más que hacerlo. Ha sido un proceso muy largo. El concurso empezó en mayo de 2014 y tendría que haberse resuelto en agosto; firmado y adjudicado en octubre o noviembre y estar funcionando hace seis meses o más.
— ¿A qué tipo de problemas se tuvieron que enfrentar?
— Primero hubo problemas administrativos con la petición adicional de documentación y de información y luego ha habido otros dos problemas. Primero, que para una inversión enorme hemos cambiado del año 2014 al año 2015, en el que se produjo un incremento del IVA del 10% al 21%. Segundo, hubo un cambio de legislatura y de gobierno, por tanto ha cambiado desde la gerencia del hospital hasta el propio IbSalut. Estos tres factores es lo que han ido retrasando el proceso, por lo que finalmente el arranque del proyecto fue en julio y agosto, unas fechas horrorosas en Eivissa para hacer casi nada. Una vez que juntamos las piezas y fuimos capaces de arrancar, el proyecto se ha hecho en un tiempo récord de tres meses.
— Durante esta semana se atendido los primeros pacientes, ¿ha ido todo como estaba previsto?
— Ha ido incluso mejor. La verdad es que tanto la colaboración del hospital para hacer las obras como la acogida que hemos tenido por parte de los profesionales y los médicos que van a estar involucrados en el servicio ha sido fantástica y ha hecho que sea facilísimo. Hemos encontrado unas ganas de poner esto en marcha fantásticas por parte de la dirección y todos los servicios.
— ¿Cómo se ha realizado la coordinación del servicio, tanto con los profesionales de aquí como con Palma?
— A base de reuniones y de que cada uno ponga de su parte y asuma la responsabilidad que le toca. El cáncer es una enfermedad para el que se obtienen unos resultados muy superiores ahora respecto a años anteriores, en gran parte porque el abordaje es multidisciplinar. Es un problema que no trata solo un tipo de médico, sino tres o cuatro especialistas de diferentes áreas. Todo el resto ya funcionaba, por lo que entrar a ser un elemento más de un conjunto de servicios es fácil porque ellos ya tienen sus circuitos. Ahora ya no se envía un documento a Palma pidiendo un tratamiento, sino que cuando se decide el tratamiento el radioterapeuta ya está dentro del equipo. Es la gran diferencia.
— Uno de los grandes avances es evitar el traslado de los pacientes.
— Uno es evitar traslados; dos, acortar tiempos de respuesta; tres, hacer tratamientos que antes no se podían hacer porque no era recomendable trasladar al paciente por sus condiciones o fragilidad, y cuarto, que el radioterapeuta forme parte del equipo que toma las decisiones.
— De esta forma, ¿mejora también el tratamiento?
— Se reducen molestias, se hacen tratamientos que no se hacían y, por tanto, se mejoran los tratamientos. A parte de evitar el traslado, va haber pacientes que van a recibir tratamientos que antes no recibían, más apropiados y en menos tiempo.
— ¿En Eivissa se podrán llevar a cabo los mismos tratamientos que en Palma o en algunos casos tendrán que ser trasladados a Son Espases?
— Exactamente los mismos. El equipo técnico que tiene Eivissa es muy semejante al de Palma, pero cinco años más moderno. Son equipos parecidos pero con características técnicas superiores.
— ¿No habrá ningún caso en el que se deba trasladar el paciente a Palma?
— Hay un tipo de radioterapia que no tiene ahora mismo Son Espases y que nosotros instalaremos en Palma en los próximos meses. Son algunos tratamientos que habrá que trasladar a la Policlínica Miramar de Palma, pero son tratamientos muy específicos. Hablamos de uno o dos pacientes al año de un total de 250.
— ¿Cuántos pacientes puede asumir el servicio?
— Ahora se están trasladando a Palma unos 200 pacientes de Eivissa al año. Nosotros calculamos que en 2016 trataremos 250. Habrá unos 30 o 50 pacientes que antes no se trataban, que ahora se podrán beneficiar del servicio.
— En estos momentos, ¿cuántos pacientes tienen programados?
— Estamos viendo trece casos. Hasta hace una semana todo ha seguido el circuito normal y todavía eran remitidos a Palma. Desde la semana pasada, no hay ningún paciente que esté previsto enviarlo a Palma.
— ¿Y los que ya han empezado tratamiento en Palma?
— Hay pacientes que se remitieron a principios de diciembre. En enero miraremos qué pacientes ibicencos están programados en Palma y cuáles están siendo tratados con tratamientos largos. Los que pensemos que para el paciente puede ser mejor continuarlo en Eivissa, lo haremos, siempre de acuerdo con los médicos de allí. Si ya se le ha hecho el TAC y la planificación en Palma es más complicado volver a traerlo aquí y empezar todo de nuevo. No obstante, desde la semana pasada ya no se envían nuevos pacientes a Palma. Todos los que iban a ser enviados ya van a ser vistos y atendidos en Eivissa. Habrá pacientes que tienen previsto que se les haga el tratamiento en Palma, que acabarán haciéndolo aquí.
— ¿El servicio tiene capacidad para evitar listas de espera?
— No habrá listas de espera. Hemos calculado que el servicio de radioterapia trabaje con 250 pacientes y eso no genera lista de espera. Nuestro objetivo es que entre la petición de tratamiento y el inicio de las sesiones, de media transcurran quince días. Aunque en algunos casos puede tardar más porque el paciente requiere de cirugía o de quimioterapia
— ¿Se contempla la entrada de actividad privada?
— Los pliegos del concurso lo permiten pagando un canon mensual. En un principio, pensábamos no iniciar la actividad privada hasta después del primer trimestre, pero creemos que la presión va a ser muy grande. Los pacientes ibicencos que tengan un seguro privado y que hasta ahora se iban a Palma, sabiendo que existe la posibilidad de hacerlo en Eivissa se van querer radiar en Eivissa. En términos económicos, nos da lo mismo tratarlos allí que aquí, pero es más razonable por calidad tratarlos aquí. No es un objetivo de este proyecto, porque no vamos a tratar más pacientes por estar en Eivissa, ya que son los mismos que tratamos en Palma desde quince años, pero con la visibilidad y expectativa que tiene este servicio, creemos que tendremos que empezar la actividad y ofrecer el servicio a estos pacientes porque sino es como maltratarlos.
— ¿No se esperará, por tanto, al primer trimestre?
— Tenemos que estudiarlo, porque ya hemos recibido peticiones de pacientes privados para ser tratados aquí.
— ¿Qué porcentaje representan del total de pacientes?
— No superará el 15% de toda la actividad.
— ¿Qué características presenta el nuevo TAC?
— Es un TAC de gantry ancho, más grande de lo normal, para hacer el TAC en posturas complejas. Tiene un sistema de láseres para el posicionamiento del paciente para después reproducir esa posición exacta en el acelerador y, además, tiene una alta calidad de imagen, que además de planificar tratamientos también permite hacer diagnóstico. No lo exigía los pliegos, pero pensamos que valía la pena, aunque supone un poco más de inversión.
— ¿A cuánto asciende finalmente la inversión de este proyecto de radioterapia?
— Para el conjunto de Eivissa y Menorca serán siete millones de euros, aunque ya hemos adquirido elementos que luego serán compartidos, sobre todo, herramientas informáticas. Ahora la inversión en Eivissa es de cuatro millones. La previsión era de 3,5 millones.
— ¿En qué ha subido?
— Hemos mejorado algunos aspectos como el tema de la refrigeración. Hemos decidido adquirir sistemas de refrigeración propios para garantizar que el funcionamiento de los equipos, tanto del TAC como el acelerador lineal, no dependa de la capacidad de enfriamiento de los equipos del hospital, en previsión de que en Eivissa hay veranos muy calurosos y puede que para las máquinas no sea suficiente con el frío que genera el hospital. Las máquinas generan calor y si no están a la temperatura adecuada no funcionan. Para no entrar en conflictos hemos montado un sistema propio, de acuerdo con el IbSalut.
— ¿Cuándo se hará la primera sesión de radioterapia?
— Pensamos que a partir del 11 de enero, porque no requieren un tratamiento urgente y necesitan una planificación. Ahora hemos pasado consulta a los primeros, luego hay que hacerles un TAC y programarlos. Entre el TAC y la sesión suele pasar una semana.
— ¿Están satisfechos en el hospital por el inicio de este servicio?
— Quién los ve muy positive son los médicos responsables de estos pacientes. Están muy contentos. El otro día en Can Misses, un poco el comentario entre los profesionales era que tener radioterapia era un regalo de Navidad maravilloso. En algunas especialidades más que en otras, por ejemplo, para la unidad de paliativos el mayor regalo que les puedes hacer es tener una unidad de radioterapia en el hospital.