«El que me robó la moto sabe que hizo algo malo, pero luego se apiadó y la devolvió a su sitio. Creo que se le ablandó el corazón y me alegro por ello porque para mi la motocicleta es vital». Son palabras de Pepe Mendoza, un vecino de Sant Antoni protagonista involuntario de un robo con final feliz.
Una mañana, Pepe y su mujer Ángeles observaron con desazón que su motocicleta no estaba en el lugar donde la había dejado la tarde anterior.
Tras denunciar el robo ante la Guardia Civil, su hijo Igor y el resto de familiares difundieron un mensaje en las redes sociales pidiendo la colaboración ciudadana ya que la motocicleta es «vital para el día a día de Pepe», señaló Ángeles. Pepe tiene 64 años y desde hace tiempo padece EPOC, una enfermedad pulmonar crónica que le imposibilita hacer cualquier ningún esfuerzo. «Un desplazamiento de 200 metros es mundo para mi. La moto la utilizo para ir a comprar la prensa o el pan. Sin ella, todo se me hace más cuesta arriba», apuntó Pepe.
La campaña fue un éxito porque 24 horas después, a la mañana siguiente, la motocicleta estaba nuevamente aparcada en su calle. «Rompieron una parte para arrancar la moto, pero lo importante es que vuelve a estar con su dueño», señaló Pepe, quien agradeció la respuesta de la gente en las redes sociales tras conocer la noticia del robo y también la sorpresiva respuesta del ladrón.
Las redes sociales también fueron clave para Nerea Sensserrich, vecina de Sant Josep, víctima de un accidente en Cala Tarida. La maniobra de una conductora le sacó de la carretera y acabó empotrada contra una señal de tráfico. La otra conductora paró unos metros más adelante y ambas conversaron, pero en un momento dado la mujer se marchó del lugar del siniestro desentendiéndose de lo hechos. Nerea puso las imágenes en Facebook y días después la mujer le contestó y formalizaron el parte del accidente.