El programa de atención a personas que se dedican a la prostitución que lleva a cabo la Ong Metges del Món atendió a 275 mujeres y un transexual durante el año pasado, seis más que en 2014.
La mayoría de las personas atendidas tienen entre 25 y 35 años y su procedencia habitual es de Rumania, Brasil, Colombia, Nigeria y España. «Son una pequeña realidad de lo que nos encontramos en Balears», dijo ayer la voluntaria y socia en Eivissa de Metges del Món, Roser Alenyar, que dio a conocer estos datos en el transcurso de las I Jornadas de Prostitución y Salud, que se clausuran hoy y son abiertas al público en general. En su opinión, esta cifra «es pequeña, nosotros llegamos a los clubs, a la calle y a los pisos, si quieren; pero, hoy en día, con las nuevas tecnologías, la prostitución se ha quedado más invisibilizada y está más oculta». Metges del Món creó en 2013 un proyecto de salud y drogas dirigido a personas que se dedican a la prostitución.
Alenyar explicó que en sus contactos con las mujeres que ejercen la prostitución «nos agradecen tener un momento para ellas, hablar de sus cosas y salir de su situación caótica». Entre las actuaciones que realiza se encuentra la atención sanitaria, promoción de salud, hábitos, automedicación, promocionamos los condones femeninos y masculinos y la prevención del sexo oral, «si tienen problemas sanitarios los derivamos a la Unidad de Atención a la Mujer», apuntó Alenyar.
Por su trabajo con este colectivo, Alenyar opina que «la prostitución está muy invisibilizada y no es verdad que lo hagan porque quieran o que le gustan; están obligadas por la situación que tienen y por la falta de oportunidades y el estigma de la postitución; siempre se habla de las mujeres prostitutas pero donde están los dueños de los club y los proxenetas; se habla de que es un trabajo, pero cómo puede ser que la violencia de género sea un trabajo, no lo entiendo». En estas jornadas, que se realizan de manera coordinada entre el Área de Salud y Metges del Món, tienen como objetivo «visibilizar un problema mundial que tenemos que es la prostitución y dar la importancia que tiene a la atención, a la prevención y a la salud de estas personas», finalizó Alenyar.
LA NOTA
«Una trilogia fatal: dinero, drogas y sexo»
En Eivissa hay un turismo del sexo. «Es una isla de temporada y cuando llega abril y mayo llegan los trabajadores de temporada y los turistas y todos necesitan servicios. El sexo es un producto y un servicio. Hay personas que se dedican a la prostitución y vienen a hacer la temporada», dice Luiz Felipe Pinto, enfermero de Metges del Món. Brasileño de nacimiento, conoce muy bien de lo que habla cuando el público pregunta si en Eivissa hay un turismo del sexo. «Estuve quince años como portero de una discoteca. Hay un turismo que viene a Eivissa con una trilogía fatal: dinero, drogas y sexo». Pinto, que se encargará de realizar las pruebas de sífilis y VIH, asegura que «después de un proceso personal encontré la enfermería y estoy muy satisfecho de mi vida laboral».