Antonio Viqueira y María Teresa Pedreira, una pareja de gallegos jubilados de 70 y 67 años, pensaban que sus vacaciones en Eivissa para ver a su hijo serían normales, iguales que las anteriores veces que habían venido. Pero decidieron volar con Vueling y se truncaron sus expectativas de tranquilidad. Y «suerte» que su hijo, que reside en Eivissa todo el año, les ha echado una mano.
«Mis padres se tenían que ir ayer martes a las 21.00 horas en un vuelo directo a Santiago de Compostela. El lunes enviaron un correo electrónico para decirles que el vuelo que habían comprado salía ese mismo lunes a las 16.00 horas, es decir, le adelantaron un día y medio el vuelo. Mi padre tiene 70 años, un 10% de visión y movilidad reducida, por lo que tiene que estar dos horas antes en el aeropuerto porque así te lo dice la reserva. Me presenté el lunes en el mostrador de Vueling en el aeropuerto de Ibiza y me dijeron que el avión salía a las 16.00 horas del lunes y les dije que a mis padres, que estaban en Santa Eulària y tenían que venir en taxi, no les daba tiempo. La chica dijo que quizá llegarían a tiempo porque el embarque se retrasó a 18.30 horas del lunes y nos amenazaron diciendo que si no embarcaban el lunes perderían el billete», explicó ayer indignado Antonio Viqueira.
Vista la falta de soluciones en el mostrador de Vueling, Antonio decidió intentarlo por teléfono: «Me cobraron 13 euros por diez minutos de llamada. A mí me cambiaron el billete para el martes [ayer] a las 08.40 horas rumbo Barcelona y a las 14.30 horas destino Santiago desde Barcelona. Cuando estaban en el aeropuerto, les han dicho que el Ibiza-Barcelona de las 08.40 horas no salía hasta las 13.30 horas», pero de esta manera, según relató Antonio, perdían la conexión Barcelona-Santiago «y una vez en Barcelona, nadie me podía asegurar que no fuera a salir a con retraso, ¿y qué harían allí mis padres tirados?».
Por lo que el vuelo se lo volvieron a cambiar para hoy a las 12.00 horas con destino Coruña. «Suerte que yo estoy en Ibiza para poder ayudarles con todos los trámites y búsquedas de billetes. Ya está mal que esto le pase a cualquier persona, pero a dos personas mayores y con poca movilidad es indignante. Mis padres ya no quieren volver a pisar Ibiza, esto es lo triste». A este relato se suman otros cientos de quejas que sigue sumando Vueling en su operativa con Eivissa, entre ellas, la periodista Chelo García Cortés que no dudó en compartir su malestar en Twitter. La consellera de Mobilitat, Pepa Marí, se reunirá el próximo martes con un responsable de la aerolínea.