La plataforma de víctimas de los robos en casas de campo de Eivissa activó ayer una recogida de firmas en el portal Change.org para «exigir a la administración pública que ponga fin a la oleada de robos que sufre la isla».
Esta iniciativa ciudadana, surgida a raíz de la sucesión de robos registrados en casas aisladas desde el pasado verano, hace un llamamiento a toda la ciudadanía y a los visitantes de Eivissa «ya que la seguridad es una cosa que concierne a todo el mundo».
La recogida de firmas a través de la plataforma de internet sumaba a las pocas horas de ser activada un centenar de adhesiones a la iniciativa.
Los miembros de la plataforma también han acordado solicitar una serie de reuniones con diferentes asociaciones de vecinos de las zonas rurales de Eivissa y Formentera, algunas de las cuales han trasladado a la plataforma la «necesidad de hacer un frente común para exigir una mayor seguridad en las Pitiüses».
Medidas urgentes
El pasado domingo, la plataforma ya tomó una primera «medida de urgencia» creando un buzón del afectado, una dirección de correo (afectadosrobosibiza@gmail.com), donde cualquier vecinos puede trasladar sus casos, consultas o sugerencias para luchar contra los robos en la isla, señalaron desde la plataforma de víctimas.
La toma de decisiones y acciones se han acelerado esta semana. Un factor determinante de este impulso fue el resultado de la operación de ‘Port Torrent' y la posterior puesta en libertad de los cinco detenidos, entre los que figura un agente de la Guardia Civil del puesto de Sant Antoni.
«Lo vivido en los últimos días ha sido la gota que ha colmado el vaso», señaló uno de los miembros de esta plataforma ciudadana, que cada día suma nuevos integrantes, muy a su pesar, ya que ello implica en la mayoría de los casos haber sido víctima de un robo.
«Hemos tocado muchas puertas y ya es hora de que los gobernantes se pongan manos a la obra. Esto es insostenible y ya es hora de que alguien ponga un poco de orden y responsabilidad», señaló otro de los miembros de la plataforma, vecinos que prefieren mantenerse en el anonimato porque aseguran «que ahora ya tenemos miedo».
Desde la plataforma recuerdan que hace un año ya trasladaron a las autoridades sus quejas por la falta de seguridad y lo que entendían como una «cobertura inadecuada de la isla por la falta de agentes de la Guardia Civil».
En diciembre, la Delegación del Gobierno y la Guardia Civil desplegaron un dispositivo adhoc para combatir la oleada de robos en la isla. Este operativo comportó la implantación del equipo ROCA en Eivissa y la llegada temporal de refuerzos para las Unidades de Seguridad Ciudadana, la Usecico.
Muchos de esta plataforma ya participaron en la recogida de más de 2.000 firmas a principios de año para solicitar más refuerzos de la Guardia Civil para la presente temporada.
Hace dos meses, ante un nuevo repunte de los robos en casas de campo, organizaron patrullas vecinales para controlar algunas zonas de la isla.
Desde la plataforma de víctimas de los robos en casas de campo apuntan que mantendrán estás iniciativas «el tiempo que haga falta» pero subrayan «que es obligación de los gobernantes poner los medios y los agentes necesarios para acabar con una situación que es cada día más insostenible y peligrosa porque ya están entrando en las casas con las familias en su interior. Esto hay que pararlo antes de que lamentemos alguna desgracia mayor», apostillaron.
L A N O T A
Claman contra las decisiones judiciales
La plataforma de víctimas de los robos en casas de campo de Eivissa ha elevado sus protestas tras los últimos acontencimientos y decisiones judiciales. Así, si hace meses su principal caballo de batalla era la llegada de refuerzos de la Guardia Civil a la isla, ahora dirigen buena parte de sus reclamaciones hacia la administración de justicia. La puesta en libertad de los cinco detenidos en el marco de la operación Port Torrent ha generado una gran indignación entre los vecinos.
Yo no pienso firmar. Que contraten seguridad privada. La mayoría de estas casas pertenecen a empresarios locales que cobran -abusan- bastante en sus negocios. Ahora pueden sentir lo que sienten el pobre desgraciado del trabajador que le roban la cartera.