El presidente de la Federació Insular de Taxis (Fitie), Alejandro Cardell, criticó ayer la propuesta de aumentar la flota de taxis en Ibiza lanzada este miércoles por el conseller balear de Transports i Mobilitat, Marc Pons, durante la presentación de los resultados de la campaña contra el intrusismo en el sector.
«Es un absurdo total. Eso es tener un desconocimiento de lo que es la isla, de la problemática que conlleva. Este año se han doblado casi el número de taxistas y ha habido más piratas. Entonces, ¿qué vamos a poner 3.000 taxis en la calle?», se pregunta Cardell, quien considera «inadecuadas» las palabras del conseller balear.
«Esto de pedir más taxis es echar el problema al vecino de al lado y, en este caso, a los taxistas. Nosotros damos el servicio que tenemos que dar», sostiene el presidente de la patronal, quien se muestra más partidario de analizar «la progresividad» de los turnos en cada municipio para dar respuesta a la demanda en las puntas de actividad, como ya contempla el plan bienal de las licencias estacionales del Consell d'Eivissa.
Cardell, no obstante, se mostró muy crítico con la regulación del sector que han implementado este año las administraciones locales a petición de la conselleria que dirige Pepa Marí. Denuncia que se hizo de forma precipitada, por lo que muchos taxis no tenían el permiso ni el coche a punto para comenzar a trabajar en las fechas previstas: «Este año se ha hecho al revés, con fechas caducadas. No nos comunicaron hasta el final cómo se hacían las cosas y por eso se han retrasado».
Balance
Sobre los resultados de la campaña contra el intrusismo del Govern, saldada con 61 infracciones, nueve piratas cazados y 255.000 euros en multas, Cardell señala que «sólo han descubierto la punta del iceberg». «Debajo hay mogollón de historia», precisa. El empresario taxista cree que ahora los inspectores del Govern «contarán en Palma la realidad de Ibiza, que aquí los piratas actúan con total descaro», y solicitó que los planes de choque «se prolonguen durante toda la temporada» y no de manera intermitente –una semana al mes entre mayo y agosto– como ha ocurrido este verano.
El balance de la temporada para Cardell es que «ha habido muchos taxis» en las carreteras de Ibiza. «Está claro que ha habido más servicio para el público, pero nosotros nos hemos resentido y no ha sido todo lo bueno que esperábamos. Las cajas no son como estábamos acostumbrados y tenemos nuestras quejas», concluyó.