El consejero delegado de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer Jaume, se muestra más que satisfecho por cómo han transcurrido los acontecimientos y porque al final habían logrado conseguir la gestión del Palacio de Congresos de Palma y el hotel anexo.
—¿Qué supone para Meliá este reto empresarial?
—Estoy ilusionado y contento porque afrontamos un reto al cual hemos aspirado desde el primer momento. Había intención y ganas en Meliá por conseguir esta adjudicación. Además, como empresa mallorquina nos sentimos muy orgullosos.
—¿Van acelerar al máximo su puesta en marcha?
—Si es antes de marzo de 2017, mejor que mejor. Nos vamos a reunir con el Ajuntament de Palma para acelerar este proceso, porque el objetivo final es que este enclave único se convierta lo más rápidamente posible en una herramienta vital para romper la estacionalidad y alargar al máximo la temporada, beneficiando a la economía local y a la propia industria turística de la Isla».
—¿Cómo tienen planificada la gestión del Palacio?
—Afrontamos esta apuesta empresarial con ambición y con ganas, pero sabemos que a corto plazo va a ser difícil, de ahí que 2017 lo tenemos catalogado como ‘año cero', porque en el estudio de viabilidad contemplamos que vamos a tener pérdidas económicas. Es una apuesta empresarial a medio y largo plazo, ya que tenemos muy claro que el sector de convenciones y congresos tiene un gran potencial de crecimiento en Palma.
—¿Cuándo piensan que pueden comenzar a rentabilizarlo?
—Tras el ‘año cero', el reto empresarial que nos hemos marcado es que a partir de 2018 lo lograremos rentabilizar. Todo indica que así será por la demanda que hay por esta infraestructura en el sector MICE (Encuentros, Incentivos, Conferencias y Ferias, en siglas en español).
—¿Por qué hay demanda?
—Hay una demanda latente a nivel internacional por venir a Mallorca en el sector de convenciones y congresos, como así lo constatan nuestros estudios de mercado. El impacto del Palacio de Congresos pondrá, aún más, en valor Palma como generador de riqueza, ya que va a incidir en la desestacionalización y en una mayor actividad de todos los sectores relacionados con la actividad turística y sectores productivos. Palma es un enclave único para este segmento de mercado, que hasta la fecha no se captaba por no tener una infraestructura adecuada para acoger los grandes congresos y convenciones.
—¿Lo van a promocionar?
—Vamos a incidir en este aspecto y como primer punto de referencia será la próxima feria turística de la World Travel Market de Londres. Ahora hay que sembrar, porque sabemos que los grandes congresos se contratan con año o año y medio de antelación.
—¿Cómo se llamará el hotel?
—Tendrá categoría de cuatro estrellas plus y el nombre comercial será Meliá Palma Bay. Será un hotel urbano para alojar al turismo de congresos en los meses de temporada baja y media, pero en verano podrá alojar también turismo vacacional, con lo que conseguiremos que el establecimiento esté abierto los doce meses del año. Y si me pregunta por qué no es de cinco estrellas, se debe a una cuestión de marketing, ya que el código ético de muchas empresas organizadoras de este tipo de eventos no quieren realizarlo en establecimientos con esta categoría. Nosotros ofreceremos la calidad como si se tratara de un hotel de cinco estrellas.
—¿Beneficiará al resto de la oferta hotelera?
—Beneficiará a todos los hoteles de Palma en una primera fase, pero luego se producirá el lógico desvío de congresistas a las zonas de Platja de Palma y Palmanova y Magaluf.
—¿Habrá inversiones?
—Esta apuesta reposiciona nuestra estrategia de inversiones en Palma a corto plazo, ya que se actualizará toda nuestra oferta hotelera que ya existe en Ciutat.