Antonio Sánchez Jiménez, vicepresidente de la Plataforma y presidente de Ibiza y Formentera contra las Drogas, explica las funciones de esta entidad, los servicios y las necesidades.
—¿Cómo nació la Plataforma?
—Las asociaciones no teníamos un punto de encuentro y nos reuníamos en casas particulares, bares o en algún local que nos dejaba Cáritas. Plantemos al ayuntamiento de Ibiza que nos destinase un local. Primero empezamos en el que estamos y después alquilamos el segundo.
—¿Qué servicios ofrece la Plataforma?
—Ofrecemos servicios de fisioterapia, logopedia y psicología para las asociaciones integradas.
—Las dificultades económicas siempre os han perseguido. ¿Tienen las cuentas saneadas?
—Ahora se encuentra más o menos saneada, no del todo. Las instituciones nos dan una ayuda para mantenerla pero no es suficiente. Nos mantenemos por los bares que montamos en eventos. Parecemos feriantes pero es la única manera de mantener los servicios.
—¿Ayuda más la iniciativa privada que la administración?
—Sí, la administración cubre un 50 o un 60% del presupuesto total.
—¿A cuántas personas se llega atender desde la Plataforma?
—Este año hemos llegado a ofrecer 2.500 servicios a 170 usuarios. Hay chicos que vienen dos o tres veces a la semana.
—¿Habéis tenido que dejar de atender a familias?
—Nunca hemos dicho que no. Hemos estado más apurados y hemos pedido préstamos. Hay gente en lista de espera, unas 40 o 50 personas, porque no podemos dar más servicios. Estamos colapsados. Y con la crisis se ha acentuado. Un servicio particular cuesta mucho dinero y aquí se cobra un precio simbólico.
—Habéis pedido espacio que os reserven un espacio en el viejo Can Misses para trasladaros. ¿Cómo se encuentra?
—Estamos en ello. Hemos tenido los primeros contactos con el gerente Josep Balanzat y, según nos dijeron, hasta finales de 2017 no vamos a tener un espacio.
—¿Qué desembolso económico tenéis por el alquiler de los locales?
—Cuesta 45.000 euros al año. La mitad lo paga el Ayuntamiento de Ibiza.
—Es presidente de Ibiza y Formentera contra las Drogas ¿Cuándo nació la asociación?
—Antes de la Plataforma, hace veinte años. Nació porque no había nada para las familias que teníamos hijos con problema de drogas y conseguimos traer Proyecto Hombre a Ibiza. Nos costó convencer a los políticos. Ese fue uno de nuestros primeros logros y seguimos colaborando con ellos. Estamos en la Plataforma e intentamos explicarle las posibles salidas a la gente que pide ayuda. No luchamos contra los narcotraficantes pero intentamos ayudar a los que han caído. Creemos que Proyecto Hombre es la mejor salida que puede haber para las drogas.
—¿Desengancharse de las drogas es difícil en Ibiza?
—Es complicado. Si salen cuatro estamos contentos.
—¿Cómo se vive en las familias que un hijo se enganche a las drogas?
—Es un infierno porque cuando se engancha no sólo afecta a él sino contamina a toda la familia. Hoy hay más información pero en nuestra época, no.