«Lo que está pasando es una salvajada. Al principio parecía una broma o gamberrada de muy mal gusto, pero ya hay tres personas heridas». Así se expresaba ayer un vecino de la calle Barcelona tras conocer la última agresión recibida por uno de los operarios que trabajan en el saneamiento de esta vía de la Marina de Vila. El de ayer es el tercer ataque que sufren los operarios en seis días. El Ayuntamiento de Vila ha decidido paralizar las obras hasta el lunes, dado que los ataques no han cesado pese a la vigilancia policial que hay en la zona desde principios de semana.
Según informaron fuentes municipales en un comunicado, el operario recibió el impacto de una piedra mientras estaba trabajando y tuvo que ser atendido en el hospital de Can Misses de una herida en el cuello. Las mismas fuentes apuntaron que la empresa de construcción interpuso ayer una denuncia en la Comisaría de la Policía Nacional de Ibiza.
Condena y miedo vecinal
Desde el Ayuntamiento lamentaron este «nuevo acto vandálico cuyo único objetivo es hacer daño e interrumpir el normal funcionamiento de las obras».
Tras denunciarse esta tercera agresión, el Ayuntamiento decidió suspender las obras durante el fin de semana. No obstante, subrayaron que la vigilancia permanecerá activa y se continuará la investigación para poder localizar a la persona autora de estos ataques.
Entre los vecinos de la calle Barcelona y adyacentes se ha impuesto la ley del silencio y del miedo. En invierno son contados los vecinos que se mantienen en la zona y escasos los que se atreven a comentar la situación. No obstante, apuntan que «la situación se ha ido de las manos y que no debe ser tan complicado localizar y detener al autor de estos ataques». Los trabajadores de obras próximas apuntan que es una situación «de locos», ya que «las obras causan molestias pero la respuesta es una brutalidad».
LA NOTA
Tres ataques y otros tantos heridos en seis días
El de ayer fue el tercer ataque sufrido por los trabajadores de las obras de la calle Barcelona, el primero que se producía en una jornada que no era festiva.
Los trabajadores denuncian que las agresiones empezaron al poco de arrancar las obras hace ya un mes, pero desde el domingo los ataques han tenido consecuencias más graves.
El domingo se registró una primera agresión con el lanzamiento de varias piedras y botellas de cristal contra los operarios. 48 horas después, el Día de la Constitución, un trabajador recibía el impacto de una piedra en la cabeza que le causó una herida inciso-contusa de un centímetro, corte del que fue atendido en el hospital de Can Misses, centro donde también fue atendido el operario herido ayer.