«Todos los días he pasado por aquí y hoy no podía faltar. Ahora sí, el Serra ya es historia». Era la nostalgia que transmitía un vecino de Vila que ayer a mediodía presenciaba las últimas dentelladas que la máquina daba a la fachada principal del Cine Serra.
Junto a Mariano se encontraba cerca de una decena de vecinos que seguían la «última sesión del histórico cine». La piqueta controlada por dos operarios remataba la demolición ante las miradas de los nostálgicos y también de algunos turistas que se extrañaban ante la expectación en un día gélido y lluvioso.
«Parece que el manguito ya ha llegado», apuntaba Armando, en referencia al problema que sufrió la maquinaria y que retrasó hasta ayer la toma final del derribo del emblemático edificio alzado a principios del siglo XX.
La torre de la catedral era visible desde la avenida Bartomeu Vicent Ramon. El patio de butacas ha quedado convertido en una solar cubierto por una montaña de escombros. La siguiente fase de las obras conllevará la retirada de todos estos restos.
Expectación final
El derribo del inmueble se ha vivido con gran expectación entre los vecinos de Vila y los turistas que transitaban por un barrio lleno de obras. No obstante, el foco de atención ha sido la demolición de un edificio con más de cien años de historia, un cine que abrió sus puertas en mayo de 1912 y que llevó a cabo su última proyección en noviembre de 2013.
El cine creado por Ángel Serra dará paso en un hotel de cinco estrellas.