PSIB, Més y Podemos dieron ayer por buenas las disculpas del presidente del Parlament, Baltasar Picornell –que reiteró– por haber desalojado el martes a público y medios de comunicación del salón de sesiones de la Cámara cuando se iba a debatir una moción del PP sobre transparencia y una enmienda del partido morado que contenía una reprobación a Álvaro Gijón por el caso de la corrupción policial. Finalmente, no se debatió.
Baltasar Picornell aseguró ayer que, a la vista de lo ocurrido, «hoy no actuaría igual» y que habría optado por una interpretación «menos restrictiva del reglamento», que en su artículo 68 prevé sesiones a puerta cerrada.
El presidente del Parlament, después de inaugurar una exposición dedicada a la memoria de Aurora Picornell –la dirigente comunista fusilada en 1937– admitió su error (también escribió en su Facebook y Twitter , «errare humanum est»), reiteró que no había consultado con su partido pero sí con «a los servicios jurídicos de la casa para a ver que escenarios se me podrían abrir» y que él tomó la decisión sabiendo que no existía precedente.
Luego, en una reunión de la Junta de Portavoces (y preguntas del PP) reiteró estas explicaciones. La izquierda se dio por satisfecha aunque sus portavoces expresaron su convencimiento de que un episodio así «no se volverá a repetir».
«Organización criminal»
Xavier Pericay (C,s) dijo que «ya es hora de plantear si no es conveniente nombrar a otra persona más preparada». Margalida Prohens (PP), afirmó que «no está preparado para presidir la institución». Como poco antes, Picornell había asegurado que, ese martes, la presidenta Armengol le dio «ánimos», Prohens consideró eso «más grave» y dijo que pediría explicaciones.
El Parlament difundió ayer en su web las imágenes del tramo de la sesión que se celebró sin público. Podemos presentó, ante el pleno y a la Comisión del Estatuto, la reprobación a Álvaro Gijón en la que le acusa de «pertenecer a una organización criminal» y de «tráfico de influencias».