Més per Mallorca mueve ficha sobre el tablero del Govern y reclama la gestión de la Conselleria de Cultura y Transparència, hasta hora en manos de Més per Menorca. Un inesperado movimiento que acentúa la crisis política, de largo recorrido y consecuencia imprevisibles, abierta por los contratos sin publicidad adjudicados desde tres conselleries de Més -Turisme, Cultura y Medi Ambient- a Jaume Garau, director de la campaña electoral de esta coalición en 2015.
Bel Busquets, secretaria general del PSM (Mallorca), manifestó ayer a que «Més per Mallorca reclama la Conselleria de Transparència, Cultura y Esports » y añadió: «Queremos que siga en nuestras manos, como hasta ahora, porque nosotros estamos comprometidos con estas áreas». Según Busquets, «después de la negociación para formar el Govern del Pacte cedimos esta Conselleria a Més per Menorca, por lo que es lógico que ahora la recuperemos».
Los errores en la gestión de esta crisis ya han provocado la dimisión de Ruth Mateu, forzada por Francina Armengol para evitar que el incendio se propague y provoque quemaduras políticas de primer grado al vicepresidente Biel Barceló y al conseller de Medi Ambient, que, al igual que Mateu, adjudicaron contratos a dedo al consultor Jaume Garau, actualmente en proceso de expulsión de Més.
La reclamación de Més per Mallorca agrava la crisis del Govern Armengol al rechazar la propuesta de los socialistas para designar a un independiente que gestione Transparència y Cultura. También irrita a Més per Menorca, que quiere transmitir el mensaje de que no va a remolque ni es una delegación de la coalición mallorquina. Con estas discrepancias se reúne el lunes la Comisión de Ética Política para analizar los comportamientos y las actuaciones con la adjudicación de contratos a Garau. Una comisión en la que no participará su presidente, el secretario general de esa conselleria, Xavier Bacigalupe, ya que parte de los contratos cuestionados pertenecen a este departamento.