La plataforma de alojamiento colaborativo Airbnb dio a conocer ayer que la actividad económica que generó en Balears en 2016 ascendió a 551 millones de euros, de los que 115 corresponden a lo que ingresaron los anfitriones por alojar a 590.000 visitantes.
Airbnb explica que la cifra de huéspedes que utilizaron este sistema de comercialización en Balears aumentó un 92,8 % sobre 2015, en el que llegaron 306.000 turistas.
El estudio recoge que el anfitrión medio en Balears tiene 44 años y gana 6.300 euros al compartir su hogar 42 noches al año. Un 13 % utilizan este alquiler para llegar a fin de mes. Actualmente se anuncian 24.000 hogares de las Islas en Airbnb, un 70 % de ellos fuera de las zonas de influencia hotelera, según su propio estudio.
Por islas, en Mallorca se alojaron 385.000 huéspedes, un 90 % más, y los anfitriones ganaron 64 millones. En Palma se alojaron 190.000 y en el resto de la Isla 195.000 viajeros. La duración media de las estancias fuera de Palma fue de 6,6 noches por huésped, según el citado estudio. En Menorca se alojaron 47.700 huéspedes, casi el doble que el año anterior, y generaron 9 millones. En cuanto a Ibiza y Formentera, 158.000 huéspedes usaron Airbnb para alojarse, un 65 % más que en 2015. El conjunto de Ibiza y Formentera suma, según este estudio, un total de 6.300 anuncios y más del 70% de los anfitriones tiene un único anuncio. A finales del año pasado, según la plataforma, había 2.000 anuncios activos sólo en la ciudad de Ibiza, donde 167 casas enteras se alquilan más de 120 noches. Se desprende, además, que el anfitrión medio en Ibiza «tiene 30 años y gana 10.000 euros al año» con el alquiler de su vivienda. El anfitrión medio fuera de Vila gana 7.500 euros alojando a viajeros un total de 38 noches al año. En total, los anfitriones de fuera de Vila ganaron 42 millones, por lo que se desprende que en el conjunto de la isla de Ibiza y en Formentera la ganancia es mucho mayor.
Cabe destacar que en Ibiza y Formentera hay una fuerte oposición al alquiler de pisos a turistas por parte de los ayuntamientos y de las patronales turísticas. En este sentido, los hoteleros recuerdan que el alquiler de pisos particulares a turistas encarece el mercado de alquiler, además de disminuir la oferta de vivienda disponible para todo el año para residentes y trabajadores de temporada.