Vivir con un perro, es conocerlo, comprender y respetar sus sentimientos, emociones y sus necesidades. Como propietarios somos responsables de mantenerlo en un buen estado físico y psicológico, dándole el cariño y dedicación que él nos manifiesta incondicionalmente. Por lo que debemos conocer las patologías que normalmente padecen nuestros animales de compañía para entender esos síntomas que nos hablan de sus problemas. El embarazo psicológico, pseudogestación, embarazo histérico es una de esas patologías que nos hacen dudar de si lo que tiene nuestra perra es psicológico o consecuencia de una enfermedad. La gestación psicológica consiste en un desequilibrio psicológico acompañado de alteraciones físicas que se pueden tratar de forma rápida y eficaz.
¿Qué es la gestación psicológica?
Muchas manifiestan periódicamente y de forma más o menos evidente, un trastorno físico y psicológico que los veterinarios denominan pseudogestación. Se trata de una serie de modificaciones hormonales y físicas idénticas a las observadas en la fase final de una gestación normal y sobre todo relacionada con el fenómeno de la lactación.
La gestación psicológica está directamente relacionada con un comportamiento de defensa y supervivencia de los antecesores de la especie canina. Históricamente entre los lobos, sólo la loba líder del grupo se apareaba. Una vez se producía el nacimiento de los cachorros, eran las otras hembras del grupo las que cuidaban y amamantaban a la camada para permitir a la loba líder poder seguir dirigiendo la caza en grupo. Por lo que aunque no hubieran quedado embarazadas podían producir leche para amamantar a los lobeznos de la manada. Con la domesticación del lobo este comportamiento ha desaparecido pero en determinados momentos nuestras perras pueden sufrir alteraciones en la producción de hormonas que haga parecer que están embarazadas, dando de mamar a cachorros y en algunos pocos casos simular un parto.
¿Cómo se manifiesta la gestación psicológica?
La gestación psicológica empieza a manifestarse de 1 a 2 meses después del celo y puede durar 60 días, como si de una gestación normal se tratase, aunque no se manifiesta claramente hasta la fecha prevista de pseudo-parto. Las modificaciones del aparato genital y mamario se acompañan de alteraciones del comportamiento de intensidad variable. Como cambios físicos se observa un incremento del peso y de la circunferencia abdominal así como hinchazón y dolor localizado en las glándulas mamarias. Los cambios psicológicos van desde un estado de agitación, nerviosismo y agresividad en ciertas hembras a un estado de depresión, con tendencia al aislamiento y rechazo de la alimentación. Buscan constantemente lugares inaccesibles o rincones oscuros donde escarban o rascan nerviosamente el suelo, rompen cartones o ropas que estén a su alcance como queriendo preparar un nido. Adoptan una postura de posesión de diversos objetos (muñecos, zapatillas, etc.) como si fueran cachorros a los que cuidan y defienden a ultranza. Algunas veces son incluso capaces de adoptar cachorros de otras perras y amamantarlos. Una enfermedad llamada piometra, puede ocurrir también en ese momento, con lo que signos como la apatía, no querer salir, etc. podrían ser debidos a esta otra patología, por lo que el diagnostico veterinario es crucial para diferenciar ambas.
¿Cómo se puede tratar?
Para ocasiones puntuales se puede tratar con diversos fármacos que en general disminuyen los síntomas tanto físicos como psicológicos en unos días. Cuando el cuadro es leve debemos, retirar el nido y los juguetes que la perra haya adoptado como cachorros, aplicar compresas frías sobre las mamas para disminuir el aporte sanguíneo a las mismas y disminuir así la producción de leche. Existen algunos métodos anecdóticos como dar tortilla de perejil para cortar de leche que deben ser usados con mucho cuidado ya que el perejil en exceso puede resultar tóxico.
Hay que tener en cuenta que en el siguiente celo la situación se repetirá con mayor o menor intensidad, ya que este proceso no se cura nunca.
La otra opción es realizar una esterilización del animal. Al no salir en celo no tendrá los signos de embarazo psicológico. Esta opción es altamente recomendable para aquellas perras que tengan alteraciones muy importantes durante la pseudo gestación y para todas aquellas que presenten signos de agresividad en ese momento.
El embarazo psicológico no existe como tal en las gatas, cualquier agrandamiento de las mamas en las gatas debe ser consultado inmediatamente porque puede tratarse de una infección, de un tumor o de una fibroadenomatosis mamaria, patología bastante dolorosa en gatas.