Lluís Conill Madria fue hasta la fecha de su jubilación hace un año y medio jefe de servicio de Otorrinolaringología del hospital Can Misses. El especialista sigue desempeñando su trabajo profesional desde su consulta privada y vinculado al funcionamiento de la actividad sanitaria como coordinador de la comisión de sanidad del PP de Ibiza. En esta entrevista aborda unas jornadas de actualización sobre alergias junto a la doctora Silvia Martínez en el hotel Simbad, que organiza hoy. Un evento dirigido a médicos pero está abierta al público y se espera que acudan medio centenar de personas. Conill reivindica para Ibiza un servicio multidisciplinario de alergia. Durante sus más de 30 años como jefe de servicio ha estado asumiendo los casos de alergia, como sus compañeros otorrinos, pero cree que es el momento de que haya una especialidad de alergia en la sanidad pública.
—¿Para qué son las jornadas de actualización de alergias?
—Están dirigidas a los facultativos de la isla. Serán teóricas y prácticas en las que se hablará del diagnóstico de la alergia respiratoria y de la alimentaria, para saber al día de hoy cómo se puede diagnosticar una alergia respiratoria, una rinitis o un asma, y una de alimentos. También se tratará la anafilaxis que es muy importante para médicos de urgencias. La anafilaxia es una reacción alérgica generalizada que afecta a todo el organismo y las más frecuentes son las producidas a medicamentos y alimentos. La más frecuente en los niños es la secundaria a medicamentos y en adultos, alimentos. Otra anafilaxia típica es a himenópteros, como las picaduras de abejas o avispas. El problema es que la anafilaxia puede ser mortal si no se para esa reacción alérgica. Es muy importante que cualquier médico conozca muy bien los síntomas de la anafilaxia y el tratamiento.
—Las jornadas cuentan con un ponente de prestigio nacional, Antonio Valero, que abordará las alergias alimentarias.
—Antonio Valero es asesor del Servicio de Neumología y Alergia del Hospital Clínic de Barcelona, presidente electo de la Sociedad Española de Alergia y jefe de servicio del hospital Quirón de Barcelona y está considerado como uno de los alergólogos más importantes a nivel nacional y reconocidos internacionalmente.
—Sin embargo en la sanidad pública balear no hay alergólogos.
—Es la única comunidad en España en la que no hay alergólogos. Hay comunidades con muy pocos habitantes que tienen servicio de alergia.
—¿Por qué no hay?
—Nadie lo sabe. Es un misterio indescifrable. Se ha hablado de este asunto muchas veces. En 2005 hubo un decreto ley en el que el Parlament, por una decisión unánime, instó al Govern a crear un servicio de alergia. Este servicio no se ha creado. Contraviene de manera flagrante con el Real Decreto 1030/2006 que dice que todas las comunidades autónomas tienen que tener la misma cartera de servicios.
—¿Reivindica este servicio?
—Sería ideal en Ibiza que se creara un servicio multidisciplinario de alergia con un alergólogo, otorrinos, pediatra, y dermatólogo que atendiera a los pacientes complejos. Ahora está el servicio pero sin alergólogo aunque los otorrinos y el pediatra se están ocupando muy bien. Enriquecería mucho tener un alergólogo.
—¿Es muy elevada la incidencia de la alergia entre la población?
—En Balears se calcula que hay 300.000 alérgicos y en Ibiza, aproximadamente, entre un 25% y un 30% de la población es alérgica, alrededor de unas 40.000 personas. Es parecida a la media de Balears.
—¿Hay más incidencia de las alergias alimentarias?
—La alergias aumentan un 2% cada año y se calcula de que aquí a una década la mitad de la población será alérgica.
—¿Por qué aumenta tanto?
—Hay varios factores. La alergia es una enfermedad inmunológica y hay muchos procesos que afectan al sistema inmunológico. Hay un factor genético y si no hay ningún alérgico en la familia la posibilidad de serlo oscila entre un 0 y un 30%, pero si uno de sus dos progenitores lo es alcanza al 50% y si son los dos, el 100%. Es una enfermedad que tiene una mayor penetración desde el punto de vista de la herencia pero hay otros factores, como la teoría higienista, que es la de la limpieza.
—¿En qué consiste la teoría higienista?
—Dice que es debido a un exceso de limpieza y tiene parte de razón porque cuanto más industrializado es el país aumenta la incidencia de alergia. Influyen muchos factores. La alergia es un error del sistema inmunológico, que nos protege de las infecciones por bacterias y virus y de los parásitos. En siglos pasados, la gente no se lavaba y estaba cargada de parásitos. Su sistema innumológico estaba muy desarrollado y les protegia de las infecciones. Conforme se ha ido desarrollando la calidad de vida, la gente ha sido más limpia, se han puesto vacunas, no ha habido parásitos. El sistema inmunológico está concebido para defendernos de cualquer agresión externa y actualmente está muy frágil. No podríamos sobrevivir en la selva sin vacunas y sino fuéramos cargados de medicamentos. Hay países subdesarrollados en los que no podrímos vivir. Tienen un sistema inmunológico muy competente y no tienen tantas alergias.
—¿Cuál es la solución? ¿Menos vacunas?
—No, no, estoy totalmente en contra. Tenemos que seguir por ese camino. Se ha hecho algo muy importante y es que no se puedan utilizar antibióticos sin receta médica. Éramos el único país de la UE donde uno podía ir a la farmacia a comprar antibióticos. Han hecho mucho daño porque el tratamiento innnecesario con antibióticos crea resistencias bacterianas y afecta al sistema inmunológico.
—¿Qué diferencia hay entre una alergia alimentaria y una intolerancia?
—A veces los síntomas son los mismos pero la diferencia es que la alergia es una enfermedad mediada por anticuerpos específicos y la intolerancia es una intolerancia del sistema digestivo a un determinado alimento, no hay una síntesis de anticuerpos que atacan a nuestro organismo.
—¿Hay alimentos susceptiblede producir alergias?
—Hay un problema en las alergias alimentarias y es que son cruzadas. Podemos ser alérgicos a los ácaros del polvo y sin haber probado el marisco podemos hacernos alérgicos al marisco, porque hay una proteína común en los ácaros y el marisco. Hay alergias cruzadas. Hay proteínas que están en polenes y alimentos. Hay una alergia cruzada entre el latex y frutas, entre el polen y frutas y verduras. Quiero decir que las alergias alimentarias están muchas veces intimamente ligadas a las respiratorias. Además, tenemos que considerar que tenemos los transgénicos.
—¿Los transgénicos pueden producir alergias?
—Claro. La composición del transgénico es totalmente diferente al que no es y empiezan a ver una serie de complicaciones importantes. Después se están introduciendo cada vez más una serie de frutas tropicales, como la papaya, que no son las que se consumñian antes.
—¿Y eso puede producir alergia?
—Claro. Son diferentes. Hay que tener en cuenta que la alergia es una enfermedad. Es muy posible que un paciente empiece con una rinitis, pase por un asma y más tarde empiece con los alimentos. Y luego el problema de las alergias cruzadas, los panalergenos, que puede ser alérgico de un polén y de un alimento que nunca ha tomado.
EL DETALLE
«Los otorrinos desempeñan una labor extraordinaria en la alergia»
—¿Por qué está en la comisión de sanidad del PP?
—Entré por amistad. Cuando Vicente Serra fue presidente intentamos que hubiera una especialidad de alergia pero fue una época muy difícil, con mucho déficit. Hubo el traslado del hospital con muchas más demandas de nuevo material. No hubo presupuesto para eso aunque siempre he de- fendido la subespecialidad de alergia en la sanidad pública y ahora es el momento. Los otorrinos desempeñan una labor extraordinaria y no tienen que dejar de hacer alergia porque lo hacen bien, pero necesitan apoyo porque es una enfermedad muy compleja. La rinitis la controla muy bien un otorrino pero el 40% de los pacientes con rinitis tienen asma, muchos tienen urticaria y también están las alergias a alimentos y a medicamentos. La última excusa que dio la consellera fue que sería un menosprecio para los especialistas que están asumiendo la alergia que se creara la especialidad de alergia. No es un menosprecio, sino al contrario. Tenemos que seguir haciéndolo porque los otorrinos estudiamos muy bien la rinitis.