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Las camareras de pisos se movilizan para mejorar sus condiciones laborales

Imagen de la concentración celebrada el año pasado.

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Las camareras de piso de Ibiza están llamadas a una concentración de ámbito nacional para reivindicar mejoras en sus condiciones laborales. La movilización tendrá lugar mañana en el Parque de la Paz a las 19,00 horas y, en esta ocasión, la organización ha corrido a cargo de Milagros Carreño, empleada de este colectivo que ha querido hacer un llamamiento para que todas sus compañeras acudan a la concentración.

En concreto, las conocidas como ‘kellys' reivindican que se reconozcan como enfermedades profesionales las dolencias asociadas a este trabajo (hernias discales, problemas de rodilla y muñeca...), la eliminación de la práctica de algunos empresarios de externalizar servicios y de suplir a las camareras de piso con limpiadoras, que según los sindicatos perciben un salario inferior, y, por último, reducir a los 60 la edad de jubilación o bien después de 25 años de trabajo.

Las trabajadoras responsables de la limpieza de los dormitorios y espacios comunes de los hoteles se quejan de que actualmente tienen que limpiar entre 22 y 24 habitaciones –unas 60 camas– durante su jornada de ocho horas. Denuncian que acuden al trabajo «empastilladas para aguantar el dolor» y lamentan que en los últimos años ha aumentado un tipo de turista que deja las habitaciones en muy malas condiciones.

«Los empresarios nos exigen más en nuestro horario y el sueldo es el mismo. Ellos quieren más calidad, que dejemos detalles para los clientes, pero no nos da tiempo. El cuerpo no aguanta ir todo el tiempo corriendo y tanta carga de trabajo. Te duele el cuello, la espalda… es horrible. Trabajamos empastilladas; algunas se toman hasta 3 pastillas. Es penoso trabajar así», explica Milagros Carreño, que puntualiza que en la mayoría de hoteles ya no existe la figura del mozo, «que te quitaba la ropa sucia y las bolsas grandes de basura». «Lo que realmente queremos es la jubilación anticipada y que nos quiten carga de trabajo. Preferimos que nos quiten trabajo a que nos suban el sueldo», resume Carreño.

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