Soy de Sant Mateu, un día como hoy es la alegría de este mundo para mí, me encanta poder venir», así definía Josefa Cardona Tur un día festivo como el que ayer celebró Sant Mateu mientras veía los carros desfilar por el corazón del pueblo en una jornada en el que el sol brilló en todo su esplendor para acompañar las celebraciones.
Apenas pasadas las doce del mediodía el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura, precedido por los miembros de la Colla d'Aubarca iniciaban su recorrido por el pasillo principal de la iglesia del pueblo dedicada a su santo para dar comienzo a la misa en honor al apóstol que se llevó a cabo por espacio de una hora. Los vecinos de la localidad enfundados en sus mejores galas abarrotaron el recinto en el que también se encontraban representantes de la política local como Pep Tur ‘Cires', alcalde de Sant Antoni, el senador Santi Marí y Pepe Sala, portavoz del grupo municipal y exalcalde del municipio, quién señaló a este medio que «Sant Mateu es un pueblo entrañable, compartir con los vecinos de esta parroquia este día tradicional siempre es agradable».
Una hora más tarde daba comienzo el repique de campanas que anunciaba la salida en procesión de la figura de Sant Mateu escoltada por las imágenes de San José, la virgen María y el Niño Jesús que fueron trasladadas por los vecinos por los alrededores del pueblo, momento en el que se unieron espectadores como el conseller Pablo Valdés y la vicepresidente primera del Consell d'Eivissa Viviana de Sans. Sobre las 13.30 horas los notoriamente emocionados vecinos se trasladaron al flamante Centro Polivalente de Sant Mateu para disfrutar de la demostración de ball pagès a cargo de la Colla d' Aubarca donde tampoco faltaron orelletes, cañas y vi pagès. Un centenar de personas disfrutaron en un distendido clima de celebración y cordialidad de la celebración por la que trabajan gran parte de su tiempo.
Cati es miembro de la Colla que ayer ofreció el espectáculo desde hace 17 años, comentó a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA que el de ayer es «un día de fiesta, algunos pedimos libre para poder venir y los que no lo celebran otro día. Vamos a la misa, subimos a los carros, nos reunimos para preparar cada actuación». «Ensayamos todos los viernes y añadimos dos ensayos más para distribuir los bailes, los trajes. Para mí la colla es muy importante, es algo que nos une. La colla es más que nada familia, primos, madres, padres, hijos, hermanos, novios y es un grupo muy unido que significa amistad, compartir, viajar, trabajar con cosas de nuestra cultura como el idioma. Todos somos de aquí y todos hablamos ibicenco. Las generaciones más jóvenes se tienen que preocupar por conocer nuestra cultura, los escritores, aquellos que han defendido y han procurado que nosotros seamos bilingües pero que en casa, en la calle, en la tienda hablemos ibicenco», agregó.
Por otro lado, Pep Torres, vecino de Sant Agustí, recordó que va a las fiestas de Sant Mateu siempre que puede porque le recuerda a su infancia. «Hace muchos años estábamos aquí con Vicent Tur, un primo nuestro que ahora está en Sant Carles. Nuestra madre era hermana de su padre y veníamos aquí, a la fiesta, hacíamos paella, venía la hermandad de Don Vicent Tur. A mi madre le gustaba mucho el ball pagès. La última vez que vine fue hace unos tres años e hicieron el baile en el polideportivo, recuerdo que vino un grupo de fuera que me agradó mucho. Creo que el club social no estaba hecho aún y la verdad que me ha gustado mucho».
Una gran cantidad de vecinos comentaron apenados que no se ha podido acercar al pueblo toda la gente que hubieran querido porque se encuentran trabajando. «Nuestro pueblo es el más polit que hay, todos lo son, pero el nuestro es el nuestro. Cuando era pequeña parecía más bonito porque toda la gente acudía a las fiestas, ahora la gente trabaja y no puede venir. Pero gracias a Dios hemos podido disfrutar mucho del día de hoy», comentó Josefa Cardona durante la celebración.