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Inserción laboral | Oportunidades para personas con discapacidad

Un trabajo que devuelve a la vida

El nuevo local de Apfem para la inserción laboral de personas con discapacidad mostró ayer llenazo total con motivo de su inauguración.

| Eivissa |

Apfem Aktúa es un centro especial de empleo que surge de la necesidad de ayudar a la inserción de las personas con discapacidad, facilitar su autonomía e integración y concienciar a los servicios públicos y privados para que ofrezcan su colaboración.

Con servicios de catering, mantenimiento, limpieza, jardinería y bar, esta empresa se ha hecho hueco en la isla y ofrece profesionalidad en cada uno de sus trabajos. «En el tema de la discapacidad tenemos que dejar a un lado la calidad, el pensar que hay poca y demostrar que tenemos mucha calidad y muy buena», señala Antonella Greco, gerente de Apfem. Para ella, el resultado final es igual o mejor que el que ofrecen otras empresas porque «la motivación es muy alta».

El mejor ejemplo de que la motivación es la mejor herramienta de trabajo está en Carolina Riva que, a sus 43 años, ha vuelto a trabajar después de casi 20 esperando una oportunidad. «El 6 de septiembre, cuando empecé a trabajar, cambió mi vida», asegura. Y es que el buen ambiente laboral unido al apoyo que siente por parte de la asociación han hecho que esta ibicenca recupere la sonrisa. Con lágrimas de felicidad cuenta que ha vuelto a nacer y agradece a Apfem el empeño que han puesto para conseguir que vuelva al mercado laboral. «Me entienden y cuando siento flaqueza o no me encuentro muy bien... me ayudan. Me han enseñado un oficio y poco a poco voy haciéndolo mejor», explica al tiempo que anima a todas las personas que sufren algún tipo de enfermedad mental a que pidan ayuda, «que se levanten del sofá porque sí que servimos para algo».

Apfem trabaja con personas que sufren discapacidad mental, física, intelectual y autismo y pone todo el empeño posible para «romper los estigmas» que tiene la sociedad actual. Esta asociación que, a día de hoy, cuenta con 14 usuarios, 11 de ellos con discapacidad, destaca por hacer brillar sus virtudes y dejar a un lado sus miedos. «Siempre llegan antes que el resto a trabajar, lo hacen con muchas ganas y antes de que les pidas algo ya lo tienen», dice Greco. «Tienen entusiasmo y ganas y con eso la calidad está asegurada».

De los 11 trabajadores con discapacidad que tiene Apfem Aktúa, ocho de ellos cuentan con un contrato indefinido. «La particularidad de un centro especial de empleo, aparte de que el 70% de la plantilla sufre discapacidad, es que les ofrecemos apoyo y adaptaciones», explica la directora de Apfem, quien matiza que «adaptamos el puesto de trabajo a la vocación de la persona y no al revés». Además, que estas personas puedan tener un ingreso económico a final de mes permite que amplíen su actividad de ocio y estrechen lazos con nuevas personas.

Si Carolina es un ejemplo de lucha, sacrificio y de saber que «sí que se puede», Hortensio no se queda atrás. Este joven de 27 años está de pinche de cocina en el catering de la empresa y no puede estar más «ilusionado» con su nueva etapa. «Gracias a esta nueva oportunidad he vuelto a llevar una vida activa y estoy feliz», asegura.

Una empresa que crece

Ayer abrió sus puertas Aktúa, el nuevo bar con el cuenta Sant Antoni gracias a Apfem. Con horario de 9 a 13 horas de lunes a viernes, quien quiera puede acercarse a desayunar o incluso a pedir su catering para llevar. «El menú está elaborado por una dietista y Amadiba ya cuenta con nosotros para que sirvamos en los colegios que tiene por toda la isla», matiza Greco.

En este sentido, ayuntamientos como el de Vila o el de Sant Antoni ya han contado con esta empresa para servicios de mantenimiento o de mejora de viviendas.

LA NOTA

Apfem sigue trabajando por mejorar su día a día

Cuando una persona llega por primera vez al centro especial de empleo se valora su situación y, después, se elabora su plan de inserción. «Ponemos los medios para que, a través del trabajo, adquieran rutinas», señala César Cofrade, psicólogo. «Hay que trabajar en vergüenzas e inseguridades porque las personas que tienen una enfermedad mental están muy estigmatizadas tanto por la sociedad como por ellos mismos», explica.

Cofrade está convencido de que los cambios dependen de cada uno, pero el simple hecho de que «salgan de su casa» ya les está cambiando la vida. «El trabajo es una rehabilitación que les permite cumplir sus sueños». Ahora, su idea es seguir formando talleres ocupacionales que permitan ayudar a más personas.

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