«Es un marrón». Así definió ayer el senador socialista y expresident de Balears, Francesc Antich, la posibilidad de tener que avalar con su voto en el Senado la aplicación del artículo 155 de la Constitución en el caso de que el presidente de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, no dé una respuesta satisfactoria al requerimiento del Gobierno central para que desactive la declaración de independencia.
Antich se ha tomado cuatro días libres pero lo hace pendiente del teléfono, según explicó a este diario. Sabe que en cualquier momento puede ser requerido para un pleno del Senado. No cree que sea antes de la semana que viene. Le consta que Mariano Rajoy informará antes a Pedro Sánchez y que éste tendrá que convocar a la dirección socialista. Está convencido de que no habrá fugas de votos y que la decisión que se tome será unánime.
«Es una pena, para quienes hemos defendido siempre la reforma del Senado para que se convierta en cámara de las comunidades autónomas, que la primera vez que actúe así sea para limitar competencias de una autonomía», dijo. No conoce todavía cuál será el alcance de la aplicación del artículo 155 pero espera que sean «suaves», por tiempo breve y «para devolver la aplicación de la legalidad» a Catalunya.
Según el socialista, «en el Parlament de Catalunya se tomaron acuerdos en contra de la Constitución, en contra del Estatut, del propio reglamento de la Cámara e ignorando a la mitad de los partidos».
El senador, elegido en representación del Parlament, insistió en que la suspensión de competencias para que el Gobierno central las gestione no es su opción pero «es la más garantista en estos momentos».«Ojalá fuera posible el diálogo, yo confío en el diálogo y me gustaría que hubiera márgenes», añadió.