A Nika Zurano (Barcelona, 1973) no le asusta la maternidad en solitario. Enfermera de profesión, es madre de un niño de tres años y medio, que se llama Hugo. Desde abril de 2017, es la presidenta de la Associació de Famílies Monoparentals de Balears (FAMOIB).
¿Qué es una familia monoparental?
—Por familia monoparental se entiende la que está formada por un solo progenitor (padre o madre) y uno o varios hijos.
¿Cuántas familias forman parte de la asociación que usted preside?
—FAMOIB la formamos un centenar de personas, la mayoría mujeres, que, en su día, optamos por tener descendencia en singular, sin cargas compartidas con otras personas progenitores en el nucleo familiar.
¿Cómo surgió la idea de crear la asociación?
—Una amiga mía, que también es enfermera, me incluyó en un grupo de Whatssap. Éramos unas 29 o 30 mujeres. Del grupo surgió una reunión y de la reunión la idea de poner en marcha una asociación. De ahí surgieron una serie de piezas claves de la asociación como son Irene Llull o Marga Riera... y muchas más. Una serie de personas que ahora forman la junta directiva. Ahora somos unas cien personas en el grupo de Whatssap y unas 75 familias asociadas.
¿Y por qué la crearon?
—Nos organizamos como asociación con el fin de tener una estructura de funcionamiento que nos permita alcanzar dos objetivos básicos: que se nos reconozca formalmente como entidad y, posteriormente, luchar por los derechos que, como núcleos sociales, nos merecemos nosotros y nuestros hijos.
¿Y todas son mujeres?
—No. También hay tres hombres, que son padres por gestación subrogada. El resto somos familias compuestas por una madre y uno, dos o tres hijos. Hemos abierto la asociación porque nos dimos cuenta de que habíamos dejado de lado a las madres separadas. Hemos ampliado el concepto de familia monoparental.
¿Qué opinión le merece que el Consell de Govern haya aprobado el anteproyecto de ley de familias?
—Estamos muy contentas, puesto que se ha dado un primer paso en nuestro reconocimiento como modelo de familia, que hasta ahora no estaba reconocido en Balears, y que sólo se está desarrollando en Catalunya y la Comunitat Valenciana. Estamos satisfechas de que esta ley nos facilitará la organización familiar y nos proporcionará ayuda, a pesar de que todavía se tiene que desarrollar, y será una carrera de largo recorrido.
¿Han mantenido contactos con los partidos políticos?
—Sí. Con la puesta en marcha del anteproyecto de ley de familia nos hemos reunido con todos los grupos parlamentarios. No somos ni de uno ni de otro color. Estamos contentas porque se está hablando de monoparentalidad. Hay que tener en cuenta que la ley todavía no está aprobada, pero tenemos mucha confianza en que se apruebe y detrás de su aprobación vayan muchas ayudas.
¿Qué tipo de ayudas necesitan?
—Necesitamos una identificación como familias monoparentales, como existen las familias numerosas. También una bonificación, en los impuestos, no es lo mismo mantener una casa con un sueldo que hacerlo con dos. Descuentos en los recibos del agua, el gas, la luz... Y también pedimos tener un punto en la escolarización, como tienen otros tipos de familias.
¿Tienen algún tipo de descuento por ser familias monoparentales?
—Ahora no. No tenemos descuentos ni para libros ni para material escolar. Queremos descuentos en la universidad, en el transporte. Que tengan en cuenta que somos familias vulnerables ya que una sola persona tiene que hacerse cargo de pagar lo que en otras familias se paga en pareja. La gente de la calle se piensa que tenemos muchas ayudas cuando no es así.
¿Por qué decidió tener un hijo sola?
—He tenido relaciones de pareja que no han ido bien. Yo siempre pensaba que quería tener un hijo. Surgió así. Soy madre soltera, después de un proceso de fecundación in vitro. En una determinada edad me planteé que quería tener un hijo, el no tener pareja no supuso ningún obstáculo para ser madre.
¿Fue complicado el tratamiento?
—Soy una persona sana y no tuve problemas para quedarme embarazada. La edad fue decisiva para optar por la fecundación in vitro. El tratamiento lo realizaron en Son Llàtzer, que son unos grandes profesionales, y no tuve excesivos problemas. Aunque la verdad es que no es fácil, ni con pareja ni sola.
¿Le preocupaba lo que diría la gente de su opción de ser madre en solitario?
—Sí que me preocupaba el qué dirán. Al principio no fue fácil, me costó más comunicarlo en el trabajo que a mi propia familia. Vivimos en una sociedad en la que no es fácil ser madre sola. Yo pensaba que me sentiría juzgada, aunque la verdad es que no fue así. No quiero ni sentirme admirada ni juzgada.
¿Se ha sentido apoyada?
—Por mi familia sí, totalmente, por la sociedad no. La demografía está fatal, pero la sociedad sigue sin apoyar el hecho de que una mujer decida ser madre sin una pareja.
¿Qué les diría a las personas que la pueden haber juzgado?
—Que respeten a los demás. Que cada persona pueda decidir en base a su situación personal.
¿Es duro ser madre en solitario?
—Yo realmente no estoy sola. Tengo el apoyo de mi familia. Mis padres están jubilados y me ayudan mucho. Hugo queda desde las 7.30 de la mañana hasta las 17 horas en la escoleta, porque yo trabajo.
DNI
● Le gusta mucho el senderismo, que práctica siempre que puede en Mallorca, también le gusta ir al gimnasio a hacer deporte.
● Aficionada a las manualidades, reconoce que incluso ha aprendido a pintar sus muebles, «me gusta y me entretiene hacer las cosas yo misma y no es tan complicado».
● Vino a trabajar a la isla como enfermera del Servei de Salut en el año 2005, ahora trabaja en el centro de salud del Coll d'en Rabassa.