En los últimos días han aumentado las quejas de los vecinos de Can Sansó y Cas Capità de Santa Eulària, así como las de los turistas hospedados en los hoteles de la zona, debido a los malos olores que desprende la depuradora, situada detrás del supermercado Eroski. Estas quejas suelen ser habituales con la llegada de las primeras olas de calor y el incremento de la población estacional, con motivo del inicio de la temporada turística.
Sin embargo, durante estos días las quejas se han incrementado por encima de lo habitual, razón por la que ayer representantes de los vecinos, de las empresas hoteleras y del Ayuntamiento de Santa Eulària se reunieron con la Agència Balear de l'Aigua i la Qualitat Ambiental (Abaqua), dependiente del Govern balear, para buscar una solución a la problemática causada por la depuradora.
En dicha reunión, la representante explicó que «el problema de los olores vienen motivados por las obras que se están ejecutando en la planta, y no por la acumulación de los lodos, como ocurrió en otras ocasiones». En este sentido, Abaqua se comprometió a aplicar «medidas técnicas temporales hasta que entre en funcionamiento una nueva línea de depuración», algo que, según aseguraron, ocurrirá en un máximo de tres semanas.
Esta nueva línea de depuración forma parte de la ampliación que está llevando a cabo el Ministerio de Medio Ambiente del Govern, cuya reforma fue adjudicada a Drace Infraestructuras S.A. por 5.823.790 euros (cofinanciada por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional) y que está previsto que finalice en enero de 2019.
El alcalde Vicent Marí recordó que el consistorio está por la labor de ofrecer los recursos municipales que sean necesarios para resolver el problema y aseguró que estaría «atento al cumplimiento de las medidas a las que se ha comprometido Abaqua».
Soluciones
Mariano Juan, concejal de Administración Local, explicó a Periódico de Ibiza y Formentera que el consistorio reclama al Govern, por un lado, «el mantenimiento específico e intensivo de la instalación» y, por otro, «medidas temporales» hasta que entre en funcionamiento la nueva planta. La depuradora, aseguró Juan, está infradimensionada desde hace unos 10 o 15 años, porque es vieja y siempre va muy por encima de su capacidad, lo que irremediablemente trae problemas. «Es complicado arreglar una instalación al mismo tiempo que está funcionando y eso es comprensible», reconoció.
Preguntado sobre si el Ayuntamiento podría remunicipalizar este servicio para pasar a gestionarlo, Juan respondió que «claro que el Ayuntamiento podría gestionarlo, pero entonces también tendría que ser la entidad que recaude los impuestos, el cánon de saneamiento».
En este sentido, Juan denunció que la ciudadanía de Santa Eulària está «pagando el cánon dos veces», ya que el Govern está recaudando dinero vía el cánon de saneamiento de las facturas del agua y, por otro lado, los 177.000 euros que el consistorio abonó por los gastos de gestión de los lodos de la depuradora, durante los años 2015 y 2016, pese a que el Ayuntamiento no posee las competencias para ello.
Por último, Juan explicó que el emisario que la depuradora tiene y que va por el torrente que llega hasta el Babylon beach bar ha colapsado. «También hemos requerido a Abaqua que arregle eso».
Quejas
Ha habido momentos tensos en la reunión celebrada durante la mañana de ayer entre el Ayuntamiento, Abaqua, vecinos y hoteleros, según los testimonios recabados por este periódico. Algunos vecinos incluso amenazaron con manifestarse frente a la depuradora si Abaqua no solucionaba el problema de forma inminente. Otros vecinos de la zona, en cambio, afirmaron que no han notado grandes cambios estos últimos días y que la zona «huele igual de mal que siempre».
Javier Llabrés, director del hotel Tropic Garden, mostró su preocupación ya que «tenemos quejas de unos siete u ocho clientes a diario y es difícil explicarles lo que pasa». Llabrés también pidió soluciones temporales, ya que teme que haya «cancelaciones si el problema no se resuelve o minimiza».