Durante todo el mes de junio al Ayuntamiento de Santa Eulària le ha caído una lluvia de quejas debido al mal funcionamiento de la depuradora, situada detrás del Eroski en la carretera de Cèsar Puget Riquer, por los olores «nocivos» e «insalubres» que desprende.
Ello ha provocado que más de 1.000 vecinos de las comunidades ubicadas en la urbanización Xarc-Es Faralló y en las inmediaciones de la depuradora presentaran una carta el pasado 27 de junio al alcalde del municipio, Vicent Marí, en la que se le pide que reclame a Abaqua, empresa pública dependiente del Govern balear, «adoptar cuantas medidas correspondan para mitigar en la medida de lo posible los olores que emite la depuradora actual hasta que sea puesta en funcionamiento la nueva», cuyas obras está previsto que finalicen en diciembre del presente año y que prevén la ampliación de su capacidad, que se encuentra desbordada desde hace décadas.
Así, las comunidades de propietarios de Punta de Sa Caleta, Sa Caleta 2002, Astor, Residencial Punta des Faralló, Isla Blanca, El Carmen I, S'Olivera y Antare, que representan a más de 1.000 vecinos, denunciaron en una carta conjunta que en ocasiones resulta imposible salir de casa o soportar los olores en el interior de las viviendas. «La depuradora actual no cumple la normativa técnico sanitaria y no está dimensionada para la población a la que da servicio», recoge el escrito presentado en el registro de entrada.
Este grupo de vecinos afirma ser consciente de que «el Ayuntamiento que preside Vicent Marí poco puede hacer dado que el mantenimiento de la depuradora actual corresponde a Abaqua», por lo que exigen que sea el Consistorio el que reclame a la empresa pública adoptar las medidas oportunas.
Mala imagen
Estas quejas llegan unas semanas después de que colapsara el emisario que desemboca el torrente de s'Argentera y que ha contaminado las aguas de la playa de Sa Caleta. Los vecinos consideran que el mal funcionamiento de la actual depuradora, además de suponer un riesgo sanitario, implica «unos graves perjuicios económicos para los negocios de la zona y un deterioro importante de la imagen turística de Santa Eulària», por lo que emplazan a las administraciones a buscar soluciones de manera urgente.