Los operarios del Ayuntamiento de Sant Antoni ultimaron ayer los trabajos de limpieza del mar para que la playa de es Caló d'es Moro pueda ser reabierta de nuevo al público, después de que el pasado 16 de julio el yate ‘Harmonya' quedara totalmente calcinado y varado en esta pequeña cala del municipio portmanyí. Afortunadamente no se produjo ningún vertido al mar, lo que habría tenido consecuencias mucho peores tanto para el medio ambiente como para los negocios de la zona, que reclaman al seguro del ‘Harmonya' una indemnización para reparar las pérdidas económicas que se han producido como consecuencia del cierre de la playa durante las últimas dos semanas. Se espera que la playa se reabra este miércoles o jueves, a falta de que se conozca el resultado de los análisis realizados durante la jornada de ayer por parte de la delegación del Ministerio de Sanidad del Gobierno en las Pitiusas para saber si el agua es apta para los bañistas. Así, en caso de que no hubiera ningún peligro para los bañistas, el servicio de Emergencias del Govern Balear coordinado con Capitanía Marítima desactivarían el protocolo de emergencia de la cala que ayer continuaba con la bandera roja izada.
Pérdidas económicas
Desde el restaurante Golden Buddha, situado justo enfrente de la cala, explicaron que el negocio depende en buena medida de la playa y que al estar cerrada el restaurante ha sufrido una reducción de entre un 15 y un 20 por ciento de los ingresos, lo que ha llevado a los propietarios a plantearse el despido de algunos trabajadores ya que «las cuentas no salen». Sasha, encargada e hija del propietario, aseguró que ello no solo ha afectado al Golden Buddha, sino en general a todos los negocios más o menos cercanos de la zona, que desde mediados de julio han sufrido un bajón. «Sobre todo nos ha afectado durante las mañanas y al mediodía, las tardes-noches las salvamos gracias a la puesta de sol», lamentó. Debido al humo que salió del yate después de que se produjera el incendio en el mismo, el restaurante tuvo que cerrar por las enormes molestias que causó a los clientes, además de pintar las paredes que quedaron manchadas. Es por ello que desde este y otros comercios se están organizando para exigir indemnizaciones al propietario del ‘Harmonya', pues consideran que han salido gravemente perjudicados del incidente.
Cerca del Golden Buddha se encuentra la heladería Milú, comercio que ha visto como sus ingresos han caído cerca de un 30 por ciento desde mediados de julio. Que no haya habido ningún vertido en el mar ha sido un alivio para ellos y que, igual que en el caso del Golden Buddha, habían notado el descenso de ventas sobre todo por las mañanas y el mediodía, que es cuando la mayoría de la gente que está en la playa se acerca a alguno de los establecimientos de la zona. Una trabajadora de la heladería subrayó la enorme profesionalidad de los trabajadores municipales y del Govern balear para sacar los restos del yate de la playa, unos trabajos que empezaron a las 8:00 horas de la mañana y finalizaron a las 19:15 horas de la tarde.