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La concesionaria del vertedero de Ca Na Putxa empieza esta semana las catas para construir la planta de triaje

Imagen de archivo del vertedero de Ca Na Putxa, que gestiona alrededor de 140.000 toneladas de basura al año.

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La Unión Temporal de Empresas Gireg (UTE Giref) está haciendo el estudio geotécnico para construir la planta de triaje del vertedero de Ca Na Putxa. Esta misma semana, según confirmó el Consell d'Eivissa, empiezan las catas sobre el terreno. A esto se suma que ya tienen aprobado el plan de seguridad y que están contratando el equipo y la dirección de obra. El pleno de la máxima institución insular del pasado mes de junio aprobó ordenar que las obras para construir la planta de triaje de Ca Na Putxa tenían que empezar en un mes. Ante esta decisión, la UTE Giref presentó un recurso para aplazar hasta el 15 de octubre el inicio de los trabajos ante la dificultad de encontrar personal en verano. Finalmente, el pleno del mes pasado aprobó prorrogar el plazo hasta el 15 de septiembre. Desde la máxima institución insular reiteraron ayer que los trabajos, que tendrán una duración de dos años y un coste de 38,7 millones, tendrán que empezar «sí o sí» en la primera quincena de septiembre y que la empresa no ha solicitado más prórrogas.

La planta

La planta de triaje permitirá alargar la vida útil del vertedero de Ca Na Putxa ya que deberá clasificar los residuos reciclables que no hayan sido separados previamente e incorporar dos líneas de compostaje (una de ellas servirá para tratar los lodos de las depuradoras). Esta planta de clasificación permitirá que el vertedero cumpla con las exigencias legales en materia de medio ambiente ya que cabe recordar que en la Unión Europea están prohibidos los vertederos de residuos no tratados, como ocurre con Ca Na Putxa. De hecho, la isla de Ibiza está lejos de cumplir con la Directiva Marco de la UE/2008 que obliga a reciclar al menos el 50% de los residuos domésticos en el año 2020. En Ibiza sólo se llega a reciclar el 13% de los residuos que se producen. Cabe recordar, además, que el Consell d'Eivissa está trabajando en la redacción del borrador del plan de gestión de residuos con el objetivo de aprobarlos de manera definitiva durante el primer semestre de 2019, dos años más tarde de lo que marca la normativa europea, que establece que la actualización se lleve a cabo, como mínimo cada seis años. La Unión Europea ha amenazado con sancionar al Govern balear por el retraso en la actualización de dichos planes de residuos por parte de los Consells Insulars, cuyo plazo finalizaba el año pasado.

Últimos datos

Los últimos datos de producción de residuos reflejan que el mes pasado entraron al vertedero de Ca Na Putxa 15.529,79 toneladas de residuos frente a las 16.002,05 del mismo periodo del año pasado, lo que representa una caída del 3%. En el acumulado del año (de enero a julio), el vertedero ha recibido 78.290,80 toneladas, lo que representa una caída del 2,1% en comparación con el mismo periodo de 2017 cuando las instalaciones gestionaron 79.937,63 toneladas, según los datos ofrecidos por el Consell d'Eivissa. Por municipios, se producen descensos en la producción de residuo en todos y destaca la caída del 5,6% de Sant Antoni. El vertedero gestiona, aproximadamente, 140.000 toneladas de residuos al año, según recordaron desde la máxima institución insular.

La construcción de la planta de triaje se firmó en un contrato entre la UTE Giref y el Consell d'Eivissa en el año 2003 y ya estaba prevista en el Plan Director Sectorial de Gestión de Residuos de 2004. Tres años más tarde, la empresa contratista entregó al Consell un proyecto básico que no fue aprobado hasta 2010 y en 2014 se inició el expediente de modificación de contrato que el Consell Consultiu considera «viciado de nulidad radical».

Este organismo, además, culpa a la máxima institución insular de haber retraso sine die la instalación de la planta de triaje. El órgano asesor del Govern balear indicó en su informe, además, que el contrato inicial se ha transformado hasta tal punto que resulta muy complejo abordar su interpretación, por lo que asegura que «se ha llegado a plantear si no sería conveniente tramitar un expediente no tanto de intepretación o modificación sino directamente la resolución del mismo con la consiguiente fase de liquidación».

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