A escaso mes y medio de finalizar la temporada turística, Sant Antoni hizo ayer un balance con el fin de mejorar la convivencia en el municipio. Y es que, según apuntó el alcalde Josep Tur ‘Cires', hay que conseguir un Sant Antoni «diferente, tranquilo y respetuoso» con los vecinos.
Así, desde el Consistorio aseguraron que se pedirá al Govern balear una modificación en la Ley de Comercio para «obligar a las bodegas a cerrar a las 12 de la noche sin excepciones». Según matizó el primer edil, no se está cumpliendo con la ley que prohibe la venta de alcohol a partir de medianoche. «Una cosa es que no puedan hacerlo y otra lo que hacen y, por desgracia, no se cumple», criticó.
El objetivo claro de Sant Antoni es acabar con la «oferta fácil y barata de alcohol» tanto en bares como en el ‘todo incluido' de los establecimientos hoteleros.
En la reunión mantenida ayer entre el Ayuntamiento, la Federación Empresarial de Hoteleros, representantes del West End, Pimeef, Ports de Balear y comerciantes también se habló de pedir una modificación de la Ley de Turísmo para que algunos establecimientos «no tengan la facilidad que tienen ahora de, a partir de un permiso de música, convertirse en una discoteca abierta».
A juicio de ‘Cires', no puede ser que hace años se obligara a las discotecas a cerrar y ahora «pase esto durante el día». En esta línea, se trató también el tema del ruido en el municipio del que el alcalde dijo que «ha habido una mejora», refiriéndose a la zona del West End a partir de la reducción del horario de cierre de los bares de la zona.
«Si el ruido se desplaza a otros sitios tendremos que tomar medidas para que no sea así, pero yo he ido por la noche y muy pronto por la mañana y he visto mejoras», apuntó el alcalde al tiempo que dijo que «no será fácil arreglarlo del todo en poco tiempo».
En este sentido, empresarios del West End expresaron a Periódico de Ibiza y Formentera que en su día ya habían hecho saber al Consistorio sus peticiones para mejorar la zona. Entre ellas estaba realizar, por cuenta propia, una inversión en seguridad para «minimizar» el ruido; sancionar a los locales que no cumplieran con el horario establecido o el compromiso de invertir en los establecimientos hoteleros para mejorar el producto, entre otroas cosas.
Todo ello con el objetivo de que se mantuviera la hora de cierre hasta las cinco de la madruga. Sin embargo, las cosas no han cambiado y los empresarios del West acusan pérdidas económicas que oscilan «entre el 50 y el 70%» respecto al año pasado.
Incentivar el turismo
Entre los puntos tratados, también se habló de la posibilidad de ampliar la reserva natural dels Illots de Ponent para crear una reserva marina que incentive el turismo de buceo, el incremento del número de aparcamientos disuasorios o el cambio de rotulación de las calles del municipio.
Por su parte, los asistentes reclamaron una mejora en la limpieza de Sant Antoni antes del inicio de la temporada turística. «Estamos haciendo un esfuerzo en eso y hemos hecho un nuevo contrato que creo que está dando resultados, aunque todo es mejorable», concluyó ‘Cires'.
«Menos criminalidad»
El director insular del Estado, Ramón Roca, señaló que están trabajando en la redacción de un código de buenas prácticas con el objetivo de mejorar la convivencia del municipio en temas relacionados con el turismo y la hostelería. «Creemos que el texto estará cerrado a final de mes y, a partir de ahí, se podrán adherir las asociaciones y empresas».
Lo que se pretende evitar con esto es la venta ambulante en establecimientos, alcoholismo, drogadicción, prostitución o violencia de género, entre otros.
Otro tema destacado fue la petición de más presencia policial en el municipio. A pesar de ello, Roca destacó que la criminalidad ha descendido en un 15% respecto al año pasado. «Ha habido muertes, muchas son accidentales o por ahogamientos, pero la criminalidad ha disminuido. Eso no quiere decir que estemos contentos ni satisfechos, pero la tendencia es la reducción».