El 80% de los inscritos al Oferta Pública de Empleo (OPE) de la especialidad de enfermería en Ibiza se presentaron ayer a las pruebas para acceder a una de las 1.268 plazas que salieron a concurso en las Illes Balears a las que optaban 4.128 candidatos.
En total fueron 517 personas de las 646 inscritas las que hicieron el examen ayer por la mañana en el IES Sa Blanca Dona.
Muchos valencianos
No eran las nueve de la mañana y muchos candidatos ya paseaban por el patio y la entrada del centro en el que se realizó el examen. La mayoría charlaba en corros con conocidos. Muy pocos echaban un último vistazo a los apuntes.
Entre los candidatos, muchos venían de la Comunidad Valenciana, una de las pocas en las que ayer no se celebraba esta OPE que llevaron a cabo 13 comunidades autónomas (CCAA).
Pedro y Laura son un matrimonio de enfermeros que venían precisamente de Valencia, concretamente de la localidad de Finestrat, a hacer el examen a Ibiza. El trabajo y la vida familiar (tienen 2 hijos) comentaban que han sido las dificultades más grandes que se han encontrado para prepararlas. Pedro fue enfermero de ambulacias en Sant Antoni hace unos años y decía guardar muy buen recuerdo de aquella época por los que no le importaría volver a la isla.
Silvia y Raquel también esperaban nerviosas. Raquel lleva 2 años ejerciendo de enfermera sin plaza en Ibiza. Empezó a leer el temario en noviembre, pero se puso en serio hace unos dos meses. Sivia vino desde Madrid, donde trabaja como enfermera desde hace 5 años. Dice que le encantaría poder trabajar en Ibiza.
Desde el Sindicato de Enfermería Satse, su portavoz Carmen Ortiz, informaba a los candidatos de la distribución de las aulas. Recordaba que la convocatoria de ayer era «una oportunidad histórica», dado que la ratio era inferior que en niguna de las OPE previas. Muchos enfermeros de Ibiza se habían ido a sus CCAA de origen a hacer el examen. La última oposición de enfermería en Balears fue en 2008 y la toma de posesión en 2010.
De parto en el examen
El examen comenzó a las 10:25 de la mañana y la única incidencia destacable fue que una de las candidatas en avanzado estado de gestación se puso de parto durante la celebración del ejercicio.
La organización había previsto esta eventualidad y se había dispuesto a un examinador en exclusiva para esta opositora que la podía acompañar al hospital para acabar allí el examen. Sin embargo la candidata decidió no optar por esta opción y no concluir la prueba.
Los candidatos tenían dos horas para completar una prueba tipo test de 100 preguntas de las que eran evaluables 90.
Sobre las 11:30 empezaban a salir los primeros opositores a los que les esperaban unas mesas con fruta, pastel y bocadillos dispuestos por el sindicato Satse.
Isabella vino de Manchester, donde trabaja, a probar suerte. Valoraba que había sido un examen accesible para aquel que había estudiado.
Coincidía con ella Carolina, «no era un examen excesivamente difícil», decía, aunque no confiaba sacar plaza dado que apenas había estudiado.
Los nervios se habían pasado hasta la publicación de las notas.