La organización Ocean Care, asesora de la ONU sobre protección marina, solicita al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades que archive «inmediatamente» el expediente del proyecto de prospecciones MedSalt-2, «al haberse producido, de forma manifiesta, la caducidad de los trámites de información pública y de consultas a las administraciones públicas afectadas y a las personas interesadas».
Según matizó la entidad en un comunicado, en una reciente consulta del expediente administrativo del proyecto, se ha comprobado que el promotor «ha mantenido una inactividad manifiesta por más de un año, lo que supone una paralización voluntaria del procedimiento administrativo».
Ante esta situación, explicaron, han solicitado iniciar la declaración de caducidad de procedimiento. «Ha pasado más de un año sin que el promotor haya contestado a las alegaciones e informes que se le enviaron el 27 de julio de 2018 y sin que haya realizado cualquier otra actuación», manifestó Ocena Care, lo que ha imposibilitado que el órgano sustantivo haya podido dar traslado del expediente al órgano ambiental.
Antecedentes
Cabe recordar que el MedSalt-2 es un proyecto de prospecciones mediante la realización de sondeos acústicos con cañones de aire comprimido; una tecnología que, según llevan años lamentado numerosas entidades, produce pulsos intensos de contaminación acústica submarina con potenciales efectos negativos en la vida marina.
Ocean Care recuerda que su promotor es el Instituto Nazionale di Oceanografia e di Geofisica Sperimentale (OGS) di Trieste (Italia), el cual tiene la intención de llevarlo a cabo en el área marina comprendida entre Mallorca e Ibiza y Formentera, en aguas entre los 100 y los 2.800 metros de profundidad. «Su realización afectaría a numerosas especies marinas protegidas y a hábitats de gran valor ecológico», puntualizó.
Por su parte, Alianza Mar Blava lleva años trabajando para desestimar el proyecto de sondeos -archivado previamente en 2016 y reactivado el año pasado- apoyándose en las 47.759 alegaciones presentadas. «No se debe hacer por el impacto sobre el cachalote, la tortuga boba y otras especies que están protegidas y que, además, están en la zona de Palma, Ibiza y Formentera todo el año; la actividad de sondeos acústicos aquí generaría daños irreversibles», expresaron.