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El mercadillo de Sant Joan se resiste a cerrar por Navidad

La Navidad no cambia en demasía la fisionomía de los puestos de venta y un día nublado despide el 2019 de los comerciantes y artesanos del mercado ‘joaní'

El mercadillo de Sant Joan se resiste a cerrar por Navidad | Arguiñe Escandón

| Eivissa |

El mercadillo de Sant Joan despide 2019 y por lo que parece, la Navidad no altera demasiado su idiosincrasia. Escasos son los puestos que alteran su género y decoración por la llegada de estas fechas. Algo que también parece suceder con sus adeptos.
Joana y María son ibicencas y no se dejan llevar por la compra fácil. «El otro día vinimos y vimos un puestecito que vendía cuadros con temática ibicenca y hoy hemos vuelto para ver si encontrábamos alguno que nos gustase», indicaron.

Aunque, sobre todo, las dos aseguran que han venido «a pasear y pasar el rato en la mañana de domingo, aunque hoy [por ayer] está así, así», comentó Joana, cuando echaba un vistazo al cielo, cubierto de nubes que tapaban el sol a ratos.
«Venimos prácticamente cada domingo. No estamos buscando nada en especial, aunque por Navidad o Reyes algo cae siempre. Venimos por el ambientillo más bien», explicó Santiago, otro de los curiosos que se acercó hasta Sant Joan ayer domingo.

El caso de Inma es bien diferente. Ella llegó a Ibiza en el año 72 y fue «de las primeras» en montar un puesto en este mercadillo, en el que vendía «mermeladas artesanales, hace muchos años». «Hoy [por ayer] es domingo y es un buen sitio para venir pero yo he venido a ver a los amigos y antiguos colegas que tengo en los puestos», señaló.

En la parte de los puestos está Abdelaziz vendiendo monederos de cuero, chanclas o chilabas, que importa desde Marruecos y les «hace algún apaño, cuando lo necesitan». «Por ejemplo, si los bolsos tienen una tira que hace daño, se la quito y hago una de piel a mano», apuntó. Para amenizar la última velada mañanera de 2019 en Sant Joan, se subieron al escenario Soul Doctor. Un ecléctico de funky y soul grupo formado por un brasileño, un italiano, un alemán y un «medio chileno», durante alrededor de dos horas, aunque el vocalista, Matteo, bromeó con que «si no les tiraban tomates, seguirían». Un plan perfecto de domingo en Sant Joan.

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