El día de Año Nuevo deparó un primer servicio vital para los bomberos del Consell d'Eivissa. Fue a primera hora de la tarde del miércoles en Can Tomàs, en Sant Antoni, punto donde un perro de caza se había precipitado al fondo de un pozo que no estaba cubierto ni señalizado.
Tras recibir la alerta, hasta el escenario del suceso se movilizó una dotación de bomberos. Según informaron desde el Parque de Bomberos, el animal, un podenco andaluz, se había precipitado en un pozo de unos 20 metros de profundidad. Los efectivos tuvieron que abrirse paso con la ayuda de una motosierra cortando las ramas que dificultaban el acceso al pozo.
Los efectivos desplegaron el dispositivo de rescate. Tras alcanzar el punto donde se encontraba el can, uno de los bomberos pertrechó el animal con un arnés de rescate y procedieron a la extracción del perro que, en principio, se encontraba en buen estado. Las mismas fuentes indicaron que el animal se sostenía sobre una roca en un saliente del pozo.
Los bomberos notificaron la incidencia a la Policía Local de Sant Antoni para que informe al propietario del terreno y proceda a tapar el pozo.