«El descenso se está afianzando y los datos de los últimos días son una muy buena noticia». Así valoraba ayer Javier Arranz, jefe del Comité de Enfermedades Infecciosas del Govern balear los últimos datos recabados el viernes, día en el que no se registró ningún nuevo positivo por coronavirus en las Pitiusas. Las buenas noticias se cimientan en el hecho de que solo hay un positivo nuevo en los últimos cuatro días, el registrado el jueves en un trabajador del centro Hospital Residencia Asistida de Cas Serres.
La desaceleración de nuevos casos registrada en las últimas 96 horas vendría a confirmar que Ibiza y Formentera están saliendo de la fase aguda de la pandemia.
Casos activos
El número de casos activos en las Pitiusas se sitúa en 83, cinco menos que en la jornada del jueves. La buena tendencia se refleja en que, durante la jornada del viernes, otras cinco personas fueron dadas de alta definitiva. Además, se procedió al traslado de un paciente de UCI a planta y hay ya cuatro profesionales menos en vigilancia.
La cifra total de hospitalizados se sitúa en 48, 39 de ellos en Can Misses y nueve en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario. Según el registro al cierre del viernes, un total de 13 pacientes se encontraban en la Unidad de Cuidados Intensivos (diez en Can Misses y tres en la Policlínica).
Así, el total de casos activos se reduce a 83 y los acumulados hasta la fecha se mantienen en 131. El balance de la pandemia en las Pitiusas recoge un total de nueve muertes. Los datos de las últimas jornadas indican que las Pitiusas están saliendo de la fase aguda de la pandemia.
Se mantendrán las camas
El último día evaluado refleja que de las 240 camas para pacientes con Covid-19, el 16 % están ocupadas, con 39 camas en Can Misses. De las 132 camas restantes para otras patologías, el 45% están libres, es decir 60 camas.
A pesar de los buenos datos y de estos números, la consellera de Salut, Patricia Gómez, y Javier Arranz descartaron un cambio en el mapa sanitario de distribución de camas planteado por la explosión del coronavirus.
Javier Arranz se mostró optimista con los últimos datos y remarcó que el mayor objetivo es en estos momentos «mantener una transmisión de perfil bajo para ir controlando la situación», puesto que al coronavirus no lo vamos a erradicar por completo en bastante tiempo. El experto remarcó que «lo importante no es contar días». «Sanitariamente hablando, siete días desde el último contacto con una persona infectada se queda corto», puesto que la mayoría de infectados por el COVID-19 enferman entre los seis y ocho días transcurridos a partir del contagio.
Evitar pequeños estallidos
«La realidad en esta situación es que esos días no tienen una importancia capital», incidió Arranz, quien cree que «este virus, por ahora, lo continuaremos teniendo dentro de la comunidad. Será difícil llegar al cero absoluto y seguiremos teniendo algunos casos», recalcó. «Lo importante es ver que no tenemos estallidos de pequeños brotes que nos den problemas, el lograr que la transmisión sea de pocos casos nos da seguridad», subrayó Arranz.
Preguntado por si el calor puede ser un elemento que debilite al virus, Javier Arranz aseguró que «estaríamos encantados. Es posible que sea un factor a tener en cuenta, pero no se puede confirmar. En otros países, en otras latitudes y climas diferentes, está teniendo también una importante afectación. Hasta que no pasen unos meses no podemos estar seguros». «Las acciones que hasta ahora se han puesto en marcha han detenido la transmisión, esperemos que el cambio estacional nos permita estar mejor preparados para afrontar lo que nos espera en el futuro», concluyó.