La Comisión Balear de la Conselleria de Medi Ambient dio luz verde ayer al plan de gestión de residuos propuesto por el Consell d'Eivissa para los próximos seis años y quedaría pendiente de la aprobación por parte de la Demarcación de Costas.
En la reunión mantenida por videoconferencia, los asistentes aprobaron por unanimidad la declaración ambiental estratégica favorable, por lo que se da un paso más para evitar la sanción con la que amenazaba la UE al Govern balear, en caso de no tener aprobados los planes de gestión de las cuatro islas, antes de julio de 2020.
El resto de islas ya lo tenían aprobado y solo queda el de Ibiza por tramitar. Como se señaló desde la Comisión, para esta tarea la planta de triaje de Ca Na Putxa es una «instalación básica» para el tratamiento de desperdicios, tanto de Ibiza, como de Formentera. Una infraestructura cuya entrada en funcionamiento se retrasará hasta el mes de octubre a causa de la pandemia del coronavirus, según informó el conseller de Gestión Ambiental, Vicent Roig.
Sin embargo, Medi Ambient puso una serie de condicionantes que el Consell aceptó para avanzar en su propuesta. Una de ellas es elaborar en un plazo de 18 meses, desde la publicación del plan en el BOIB, un plan de alternativas a Ca Na Putxa, ya que en los próximos años la cantidad de residuos que van al vertedero tendrán que pasar del 70 –actual– al 30 %.
Otro de los deberes que le pone consiste en elaborar un plan de gestión de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos no peligrosos de Ibiza o que hasta que la planta de triaje no entre en funcionamiento, y por tal de alargar la vida útil del vertedero, se tendrán que aplicar estrategias y alternativas finalistas para la materia orgánica.
Además se recomienda que los residuos peligrosos que tengan amianto y que hayan sido producidos en Ibiza y Formentera, se puedan llevar al vertedero de Ca Na Putxa, para evitar su traslado terrestre y marítimo, aunque para ello se tendrá que tener «la autorización de la Conselleria competente».