El alcalde de Sant Joan de Labritja, Antoni Marí Carraca, explicó ayer que la presidenta del Govern, Francina Armengol, está aprovechando la «desgracia» que ha supuesto la pandemia del coronavirus para «ningunear nuevamente a las instituciones de Ibiza».
En un artículo de opinión remitido a los medios locales, que se puede leer de manera íntegra en la sección de Tribuna y Opinión de la edición de hoy en la página 27, Marí considera que las decisiones de Armengol «son opacas, contradictorias y carecen del más mínimo consenso».
El alcalde lamenta que se atraviesa una «severa convulsión política» provocada por el COVID-19, una «situación inaudita» que «pone a prueba la talla de la clase política encargada de capear esta emergencia sanitaria y su consiguiente crisis económica».
Lealtad institucional
También considera que en estos tiempos no puede faltar la concordia, el sentido de Estado y la lealtad institucional. Así, afirma que en Sant Joan las administraciones locales se han puesto al servicio de los vecinos, tratando de implicar a todos los agentes políticos y sociales en la toma de decisiones. A modo de ejemplo, el primer edil señala que la presidenta balear defiende un día la sanidad pública y «al día siguiente elimina de un plumazo la ambulancia de Sant Joan y Formentera sin previo aviso».
Asimismo, se refiere a otro «arrebato de centralismo» de Armengol, criticando el decreto con «severas medidas territoriales que cercenan la autonomía de los ayuntamientos en materia urbanística y expropian de facto las competencias del Consell en lo que se refiere a ordenación del suelo rústico».
Rafa Ruiz
Marí critica también al alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, que ha apoyado la prohibición de cualquier edificabilidad en suelo rústico, mientras blinda «por todos los medios» la posibilidad de desarrollar su suelo urbanizable y sus convenios urbanísticos. «La coherencia viste de luto en la flamante capital», reitera Marí.
El alcalde considera que en Baleares se saldrá de la crisis sanitaria con las competencias «aún más debilitadas y con la confianza entre instituciones por los suelos».
Carraca se pregunta a qué circunstancias obedece esta «animadversión manifiesta» de Armengol hacia Ibiza, pero «lo que más sorprende es la connivencia de sus compañeros de partido ibicencos, quienes permanecen impertérritos ante semejante desplante».
El alcalde también señala que aplaudirá a Armengol «si decide revertir este ataque frontal a la autonomía local».