Ayer por la mañana se publicaron los datos de la ocupación hotelera del mes de julio en Ibiza y Formentera. Estas cifras dejaron entrever una situación poco esperanzadora: el mes pasado se cerró con una ocupación del 37,03%, teniendo en cuenta que, desde la Fehif apuntaron que la planta hotelera de las Pitiusas estaba operativa «en torno al 50%», aunque no ofrecieron datos concretos.
Los datos de ocupación del año pasado fueron de un 89% por estas mismas fechas, teniendo en cuenta que se operaba con la planta casi al completo. Así pues, la ocupación ha caído en torno a un 58'4%.
Por zonas, la ocupación más baja se registró en Santa Eulària, con un 30% este año frente a un 90% del año pasado por las mismas fechas. El municipio de Ibiza fue el que mejor ha mantenido la ocupación respecto al año pasado, con un 41%.
Preocupación
Si los datos de julio son preocupantes, agosto no apunta mucha mejoría. Los rebrotes y los vetos de países como Alemania o Inglaterra han incrementado las cancelaciones y las previsiones de facturación del sector para el que sería su mes mas fuerte, son «poco esperanzadoras», tal y como afirman patronales y asociaciones de empresarios.
El sector hotelero sabía que esta temporada iba a ser complicada. Sin embargo, no cesaron en su empeño de seguir sacándola adelante. Así pues, y después de una reducción considerable de turismo internacional, la decisión del gobierno británico supuso la estocada final para un sector cuya principal fuente de ingresos proviene del turismo del Reino Unido.
El turismo nacional, con el que la industria esperaba remontar la temporada no ha logrado compensar el goteo incesante de cancelaciones de visitantes extranjeros.
Por su parte, a este sector, a pesar de que las cifras no les sorprenden, dibujan una situación que preocupa mucho, dado que el sector turístico supone un sustento muy fuerte en la economía de las islas. En general, se estima que la caída del turismo tenga un efecto devastador sobre el empleo y los negocios hosteleros en la isla, sobre todo de cara al final de temporada estival.
Desde la Delegación Insular de Turismo, Juan Miguel Costa, reflexionó sobre las cifras , sobre las que dijo que eran «desastrosas, pero no son una sorpresa», aunque recalcó que «es todo un hito» que la temporada se haya podido sacar adelante, dado que nadie apostaba por ello. «Desde Bélgica o Francia han respondido muy bien al turismo, aunque Ibiza es una isla muy britanicodependiente», explicó, en lo relativo a la cuarentena británica, que definió como «caótica», aunque apuntó que el turismo nacional también ha jugado un papel muy importante en el arranque de temporada estival en Pitiusas.
Por otra parte, Costa reconoció que el futuro de la temporada de Baleares depende mucho de la situación nacional a nivel de evolución de la pandemia: «cada día hay más rebrotes y habrá que ver lo predispuesta que está la planta hotelera a seguir adelante también durante el mes de septiembre».
Patronales y sindicatos
La preocupación por los meses venideros es fehaciente entre el sector. Desde Fomento del Turismo, Alejandro Sancho se refirió a «cifras bajísimas de ocupación, aunque dentro de lo esperado» y apuntó que la temporada habría adoptado otro rumbo si el mercado británico hubiera dispuesto «antes la temporada y no la hubiera cerrado de forma súbita», recalcando que muchos de los hoteles que el mes de julio estaban abiertos, han decidido cerrar cuando se decretó la cuarentena y que muchos que «habían planeado abrir la primera quincena de agosto, directamente han optado por ni intentarlo».
En este sentido, vaticina que las cifras de agosto no serán buenas y espera una solución a nivel nacional para que pueda haber temporada el año que viene.
Y es que todo el sector coincide en que el hecho de que este pasado lunes, el gobierno británico optara por seguir manteniendo la cuarentena a los viajeros que provengan de territorio español, ha repercutido en el cierre de muchos hoteles, a pesar de llevar pocos días abiertos.
Jose Antonio Roselló, de la CAEB, también destacó la importancia del turismo británico «estrictamente familiar» que deja mucho dinero en la isla y cuya ausencia condicionará las esperanzas de recuperación. Por otra parte, también valoró las cifras como «dramáticas, aunque con la situación tan crítica, no se podía esperar nada diferente».
Sin embargo, Roselló manifestó cierta esperanza de cara al mes de septiembre, siempre condicionada por la evolución de la pandemia a nivel nacional. «Si somos capaces de controlar la pandemia en la península, que es lo que está dañando la imagen de Baleares, puede que remontemos en el mes de septiembre».
La Federación Hotelera de Ibiza y Formentera explicó a Periódico de Ibiza y Formentera que, a pesar de que «no manejan datos exactos, calculan que Ibiza y Formentera opera con la planta hotelera abierta al 50%», y afirmó que esta cifra irá reduciéndose progresivamente a partir de esta semana, ya que son muchos los hoteles que han comunicado su voluntad de cerrar.
Estas previsiones chocan directamente con la intención inicial , tanto de los empresarios como de las patronales, de alargar la temporada estival hasta el mes de noviembre hecho que, en palabras de Manuel Sendino, gerente de la Fehif: «en términos colectivos es algo que no podrá ser, aunque quizá algún establecimiento concreto sí lo consiga, aunque significativamente no será un hecho viable», concluyó.