El Área de Salud de Ibiza y Formentera ha recibido en lo que va de año 38 donaciones de sangre de cordón umbilical, manteniendo de esta forma los buenos datos obtenidos en 2019. Con estas cifras, el equipo de Paritorio se aproxima a su objetivo de lograr una donación por semana, a pesar de las restricciones que se produjeron durante el estado de alarma y las limitaciones posteriores. Actualmente, la donación puede hacerse si el resultado de la PCR que se hace de manera rutinaria antes de cada parto es negativo.
El año pasado, el Área de Salud cuadruplicó el número de donaciones, logrando un total de 50 frente a las 12 de 2018 «gracias al trabajo del quipo de matronas, coordinado por la doctora Pilar García León, ya que habitualmente son aceptadas todas las donaciones que se envían al Banco de Sangre y Tejidos de las Islas Baleares», según un comunicado remitido ayer por la cponselleria de Salut i Consum del Govern balear.
En la actualidad, la principal utilidad de la sangre de cordón umbilical reside en los trasplantes, que pueden indicarse en enfermos que padecen determinadas enfermedades congénitas o adquiridas de la médula ósea. tales como las leucemias agudas o crónicas. La donación altruista y pública de la sangre de cordón umbilical implica que todos los cordones almacenados en los bancos queden disponibles para ser utilizados en el trasplante de cualquier enfermo compatible que lo necesite. La recolección de la sangre del cordón se realiza en el momento del parto y de manera sencilla.
Según la supervisora de Paritorio, Nieve Clara Mateazzi, seguir cumpliendo los objetivos de donación de sangre de cordón umbilical en un año como el actual supone un «doble motivo de satisfacción».
Según la Organizafción Mundial de Trasplantes, la sangre del cordón umbilical contiene las llamadas células madre sanguíneas, especializadas en la renovación de todas las células de la sangre (glóbulos rojos, blancos y plaquetas).
En la década de los 90 comenzaron a realizarse trasplantes de células madre provenientes del cordón umbilical a pacientes cuya médula ósea estaba enferma, lo que permitió obtener unos claros éxitos terapéuticos.